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Creciendo gracias al buen gusto

Sa Fàbrica de Gelats situada frente al mercado de Sóller.

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Contra la crisis, productos de calidad. Este podría ser perfectamente el eslogan de Sa Fàbrica de Gelats de Sóller y Fet a Sóller, dos empresas fundadas por el alemán Franz Kraus en el valle mallorquín que, pese a la mala coyuntura económica del momento, avanzan a buen paso gracias al mimo que ponen en todos sus productos.

Con una facturación anual conjunta cercana a los 4,5 millones de euros, Sa Fàbrica de Gelats de Sóller y Fet a Sóller han demostrado que los productos naturales y de calidad tienen un importante hueco en el mercado, sobre todo en el del norte y centro de Europa. Como ejemplo, destacar las más 500 toneladas de fruta fresca mallorquina vendidas en el pasado ejercicio, un 70% de ella en el extranjero.

Kraus fundó Sa Fàbrica de Gelats de Sóller en el año 1994. Su experiencia en el mundo de la alimentación le permitió comprobar la existencia de un nicho en el mercado en las Islas para este producto. “Vi que aquí solo había helados de multinacionales con poca calidad”.

La idea de este empresario alemán nació ya con la expectativa de servir sus productos a nivel regional y no limitarse al valle solleric. Desde entonces, la fábrica se ha convertido en un referente en lo que respecta a los helados.

PRODUCTOS NATURALES.
Su filosofía de emplear solo productos naturales, cada vez con más presencia de frutos ecológicos, ha permitido a Sa Fàbrica de Gelats de Sóller destacar entre otros productos similares. “Lo cierto es que no hacemos helado, sino crema de helado, que es un producto mejor”, explica Kraus, precisando que usan para su elaboración leche y nata en lugar de agua. “Otros helados tienen tan solo un 5% de grasa, para nosotros eso son los sorbetes, que además hacemos con un 40% de zumo natural y no simplemente agua y colorante”.

Sa Fàbrica de Gelats de Sóller cuenta con una plantilla de 12 trabajadores y tiene una capacidad de producción de 5.000 litros diarios de productos helados. Además de vender directamente en sus propias heladerías y distribuirlo en las Islas, también vende por internet y tiene un interesante servicio para cocineros que deseen algún sabor especial para sus platos, acumulando un volumen de negocio anual próximo a 1,5 millones de euros.El crecimiento de Sa Fàbrica de Gelats está alrededor del 10%, el mismo porcentaje que su cuota de exportación.

Kraus destaca que gran parte del éxito de sus helados se lo debe a sus empleados. “Tengo un equipo maravilloso, que es de donde nace la inspiración para crear nuevos sabores”, comenta el empresario, insistiendo en que el éxito de cualquier empresa depende de estos: “Tu puedes ser la cabeza del negocio y tienes tu responsabilidad, pero al final los que hacen el trabajo son los empleados y tu éxito depende en gran parte de ellos”.

FET A SÓLLER. En el año 1996 Franz Kraus vio una nueva oportunidad de negocio en el campo mallorquín. Fet a Sóller fue creada con el objetivo de producir, distribuir y vender productos típicos de Sóller, Mallorca y Baleares a nivel tanto nacional como internacional.

Con una facturación anual que asciende a los 3 millones de euros, Fet a Sóller vende productos manufacturados en las Islas a 16 países de la Unión Europea, sobre todo a la zona norte y centro del viejo continente. A pesar de la crisis, la tasa de crecimiento de la empresa sollerica es del 25%, gracias a la exportación del 67% de sus productos.

Además de contar con 20 empleados directos, Fet a Sóller da trabajo a un centenar más de personas, entre agricultores y pequeños fabricantes. “De esta forma se le puede dar un buen precio al agricultor que, de forma indirecta, se convierte en el jardinero del hotelero, ya que cuida el medio ambiente, que es el principal reclamo turístico de las Islas”, opina el alemán.
Kraus se siente especialmente orgulloso de su colaboración con el taller ocupacional de Sóller Estel Nou, donde se produce mermelada y otros productos. “Todo el mundo tiene algún talento y tenemos que darles una oportunidad para demostrarlo”, explica el empresario, convencido de que la solidaridad debe ser uno de los pilares básicos de la sociedad democrática.

ALIMENTACIÓN SANA. A la hora de considerar quién es su clientela, Kraus desecha el pensamiento que sus productos estén encaminados a un público de alta capacidad económica. “Pienso que es más bien gente con un perfil ecológico, conscientes de que la alimentación es lo más importante para nuestro cuerpo. Hacemos un producto con un valor correcto. Estamos llegando a un punto que todo se arregla con pastillas. ¡Es una idiotez! Los productos naturales te dan todo lo que necesita el cuerpo”.

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