Probablemente fue el primer gin que se elaboró en el Mediterráneo hace 300 años y su destilería es una de las pocas que quedan en el mundo que utiliza métodos artesanales. Si hablamos de Gin Xoriguer parece obligado detenerse a pensar que estamos ante la bebida oficial de Menorca, cuya especialidad geográfica tiene reconocimiento mundial junto a otros formatos, como el Geneve o el London Dry.
El Xoriguer es una auténtica tradición embotellada en verde que se posó en Menorca durante la dominación de la corona británica en el siglo XVIII. Los marineros ingleses tenían derecho a una medida diaria de alcohol, que la intendencia de la Royal Navy proveía a los barcos como si fuera un alimento más; y los militares de tierra necesitaban también una bebida fuerte. Así fue la introducción del gin, hasta entonces inédito en una isla que carecía de destilados y de bayas de enebro, pero que unos artesanos mahoneses supieron consolidar como bebida popular. Con el paso del tiempo, Xoriguer convirtió el nombre en marca. Con una producción de 500.000 mil botellas al año y una distribución que llega hasta las antípodas de Menorca, el fenómeno Gin Xoriguer de ginebra, alcohol y agua trasciende hoy hasta la wikipedia.
EMPRENDEDOR DE 1945. Miquel Pons Justo puso en marcha el negocio tras sucumbir, en un incendio, la destilería Fornero, donde trabajaba como administrativo. Ante la falta de trabajo, Pons decidió poner en marcha en solitario una nueva destilería. Empezó las probaturas en su propia casa, ya que no conocía la fórmula exacta de fabricación del gin, si bien procedía de una larga tradición artesanal familiar. Muy pronto decidió trasladar los alambiques a unos centenarios almacenes del puerto donde todavía siguen en la actualidad, y empezó a forjar el crecimiento de la destilería. Adoptó Xoriguer como marca, y como etiqueta, el nombre y la imagen del viejo molino de viento de 1784, que numerosas generaciones de la familia Pons habían usado para convertir quintales de trigo en blanca harina. En la actualidad, Destilerías Xoriguer (Miguel Pons Justo S.A.) sigue siendo un negocio familiar, controlado por las tres hijas del fundador y donde trabajan treinta personas. Junto con la elaboración de otros aguardientes como hierbas, estomacales o “calent”, también tienen un negocio de distribución de vinos y licores, así como las visitas a las destilerías del puerto, que se han convertido en un must para el turismo: en días punta acaban pasando más de 600 personas.
EL MÉTODO XORIGUER. Quizás lo que más destaca Adolfo Vilafranca, director general de la compañía y tercera generación de esta empresa familiar que factura 4.500.000 euros, es el respeto por la tradición, ya que el combustible que se utiliza para la destilación es la leña. “La destilación empieza cuando los vapores que se producen en la caldera del alambique circulan por tubos de cobre hasta un serpentín en donde se condensa, formando el gin, que va goteando en jarras”, detalla Vilafranca. “Elaboramos una ginebra seca muy aromática, con una marcada nota de bayas de enebro, donde no domina el grado alcohólico pese a que el aroma pueda producir esta confusión”, aclara el director general. “Importamos más de diez toneladas de bayas de enebro selectas del pirineo catalán, que guardamos en nuestros almacenes hasta su prensaje”, enfatiza Vilafranca. “Cada día destilamos casi tres mil litros de ginebra que salen de los cuatro alambiques y nos quedan almacenados hasta el embotellaje”, concluye. El proceso se mecaniza solo al final con una línea embotelladora.
LA CANECA VERDE. Hace cincuenta años, la ginebra se dispensaba a granel, pero Miquel Pons introdujo el proceso de embotellaje en un envase de gres cerámico, donde el líquido se conservaba fresco siguiendo los postulados tradicionales, en forma similar a como se exportaban los aguardientes. La botella de vidrio verde con asa de Xoriguer que sirve de embajadora de la compañía, reproduce la caneca que introdujo Pons en su momento. Con el paso del tiempo se fue introduciendo en todos los hogares de Menorca, asociada a una bebida para los días festivos. Después, y como si fuera un proceso natural, quedo intrínsecamente ligada a las fiestas patronales de cada pueblo, desde Sant Joan en Ciutadella hasta Gràcia de Maó.
GINEBRA PREMIUM. La moda de las ginebras no ha hecho más que contribuir a que Gin Xoriguer acreciente su popularidad entre los consumidores y, de este modo, haya podido sortear en mejores condiciones la crisis. “Pese no habernos posicionado como una ginebra premium, nos han posicionado en este segmento por nuestro sabor aromático diferenciado”, explica el director general. Sus múltiples combinaciones para todos los gustos y colores, ha maridado de siempre con la limonada, ha originado una ‘toponimia' propia en Ciutadella o Maó. “En la zona de levante se la denomina pomada mientras que en la zona de poniente, gin con limonada. Personalmente, mi combinación preferida son tres partes de limonada con una parte de gin, pero cada cual tiene su receta propia”, aclara Vilafranca. “Somos casi la única destilería que todavía usa bayas de enebro, ya que el resto de marcas está utilizando simplemente esencias para su elaboración y por eso tenemos este sabor tan característico”, detalla el director general.
Gin Xoriguer se exporta a Europa, Australia, Japón o Canadá. Balears es el primer mercado de la marca, especialmente Menorca, pero también Cataluña y Valencia son dos grandes consumidores. Un 10% de la producción se destina a la exportación pese a que el reto es llegar más lejos. “El mundo es infinito y nuestro objetivo para seguir consolidando el negocio es aumentar la notoriedad de la marca pero sin perder la esencia de la tradición”, explica Vilafranca sobre el futuro empresarial.
En Gin Xoriguer son conscientes de su papel de ‘recaudadores', ya que un alto porcentaje del precio venta público corresponde a impuestos. “Preferimos un consumo moderado y un consumidor de largo plazo que no los excesos que a veces se producen cuando se bebe demasiado”, confiesa el director general.