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Boat parties por “pura supervivencia”

Las fiestas en barco se han puesto muy de moda en los últimos años. | Esteve Franquesa

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Eivissa vive un auténtico ‘boom' de fiestas en barco o boat parties en el que se mezclan los interesesde los propietarios de las embarcaciones y quienes exigen una regulación. Los primeros defienden la actividad debido a la crisis económica que están padeciendo, mientras que la Asociación de Discotecas de Balears rechaza este tipo de actos. Mientras tanto, la maraña de competencias no ha hecho posible que se defina qué es una boat party como tal. Por ello, el Consell d'Eivissa instó al Gobierno a que definiera la actividad, pero por el momento ha pasado una temporada más sin solución.

A la petición del Consell se suma la del Parlament, que instó esta misma semana al Gobierno a “asumir la urgencia de la situación para establecer unos límites normativos”, dado que el “vacío legal actual favorece la proliferación de una actividad que afecta y puede poner en peligro la integridad física de las personas”, explica la Proposición No de Ley que presentó en el Parlament el diputado ibicenco Miquel Jerez.

El delegado de la Asociación Provincial de Empresarios de Actividades Marítimas (Apeam) en las Pitiüses, Rafael Cardona, asegura que lo que ahora son boat parties “hace más de 20 años se llamaban beach parties y eran excursiones que llevaban los turistas a la playa”. “Más tarde se pusieron de moda las excursiones para ver la puesta de sol y ahora la tendencia son las fiestas en el barco. Es lo que tiene demanda ahora, por eso los asociados de Apeam se decantan por este tipo de fiestas”.

Apeam calcula que alrededor del 40% de sus asociados puede tener embarcaciones que se dediquen a las boat parties. Además, añade que las excursiones más ‘tradicionales' suponen el 30% de los movimientos que realizan, frente al 60% que llevan a alcanzar en lugares como Sant Antoni, de donde salen muchas de estos party boats.

CRISIS. Al incremento de demanda se debe sumar la situación de crisis económica que viven los propietarios de las embarcaciones. Pero el aumento de la demanda de estas fiestas, según explica Cardona, no ha ido acompañado de un aumento de beneficios para sus asociados: “La gente tiene que entender que es pura supervivencia para las empresas. Nosotros tenemos claro que sin este tipo de excursiones el balance sería negativo e incluso algunas empresas hubieran tenido que cerrar porque no tendrían cómo hacer frente a los gastos”.

Por su parte, Ports i Aeroports del Govern tiene identificadas a un total de 49 empresas baleares que se dedican al transporte turístico marítimo de pasajeros, de las cuales 21 tienen sede en Eivissa. Precisamente, las empresas que ejercen este tipo de transporte, donde se engloba la actividad de boat party, deben comunicarlo previamente al Govern.

Los propietarios de las embarcaciones suelen cobrar por pasajero a la fiesta, y son los promotores de los eventos quienes marcan el precio de dichas entradas. “No se cobra una cantidad fija al mes, sino por pasajero embarcado.

Si la entrada cuesta 65 euros, la mayor parte se la queda el promotor de la fiesta, que también tiene que hacer frente a sus gastos (comida, bebida y dj's) y entre 15 y 20 euros se irían al propietario de la embarcación”, añade. A grandes rasgos, una boat party en una embarcación con aforo permitido para 150 personas y con una entrada a la fiesta de 65 euros genera 9.750 euros, cantidad a la que hay que descontar los gastos fijos que tiene la embarcación (como el combustible y personal). El delegado de Apeam en las Pitiüses insiste en que hay que luchar contra los que hacen estas fiestas de manera ilegal, “que este año han proliferado mucho, sobre todo con gente que viene del extranjero”.

Por su parte, las discotecas ven con preocupación el aumento de esta actividad incluso en la franja nocturna, de medianoche hasta las seis. “Nosotros no vamos contra el señor que alquila su embarcación. Lo único que queremos es que todo el mundo cumpla con las reglas del juego y que haya una definición clara de esta actividad turística”, asegura Jesús Sánchez, presidente de la Asociación Balear de Discotecas.

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