La décima edición del Atlàntida Mallorca Film Fest, que llega del 25 de julio al 3 de agosto, será el escenario para el estreno de varios filmes mallorquines en el año en el que más títulos locales forman parte de la parrilla del certamen. Uno de ellos será el nuevo cortometraje de Eugenia Sampedro. Hablamos de Eixam, una cinta que se centra en los miedos que se afrontan en la adolescencia, sobre todo si se es mujer, y en los peligros a veces que se esconden detrás de algo que puede parecer totalmente inofensivo.
El proyecto de Sampedro cuenta con un reparto en el que sobresale Zoe Bonafonte, nominada al Goya a Mejor Actriz por su trabajo en El 47, y María Morera, conocida por sus papeles en La vida sense la Sara Amat y Libertad. Se trata de una producción de CEF Produccions, con coproducción de IB3 TV y que cuenta con la ayuda del ICIB, Consell y IEB.

Sampedro explica que desde el momento en el que empezó a escribir el guion de Eixam lo hizo «pensando a lo grande», y dejando que ya fuera la realidad o el resto de la gente los que le dijeran que no se podía llegar a lo que ella aspiraba. «He intentado ser superambiciosa y no ha cambiado, pensé a lo grande y al final lo he hecho a lo grande», explica.
Eclipse
Así pues, con cuatro días de rodaje, bastante accidentados, Eixam centra su acción en un grupo de amigos que viajan a Mallorca para ver el eclipse de sol que tendrá lugar el próximo año, por lo que nos hará viajar al futuro momentáneamente. Sin embargo, con ese telón de fondo, la historia nos lleva a un ambiente terrorífico, en un pueblo rodeado de montañas como es Esporles, opresivo, en el que el peligro acecha sin que uno pueda verlo.
Como decimos, lo aparentemente inofensivo puede no serlo tanto, como un eclipse, precisamente, que visto sin protección puede dañar la vista permanentemente, o como las abejas a las que hace referencia el título del filme (eixam significa enjambre), diminutas, pero que pueden picarle a uno.
De hecho, Sampedro explica que han trabajado con abejas reales, pero especializadas en rodajes. «Los actores tenían que manipularlas y encontramos una colmena que son muy tranquilas, pero igualmente hubo alguna picada», reconoce la directora. Así pues, estos insectos sirven como esa metáfora para hablar de las violencias que sufren algunas mujeres o a las que se ven expuestas y el miedo que ello provoca.
No obstante, Sampedro no quiere reducirlo a un tipo específico de amenaza, como el de los pinchazos químicos, sino que «el miedo de la protagonista está ahí, pero podría haber sido cualquier otra cosa, lo que me interesa es hablar de esa etapa en la adolescencia y cómo los miedos afloran en cualquier situación», indica.
En cualquier caso, sobre el mensaje en sí, Sampedro también reconoce que el corto ya escapa a su control, y que realmente no sabe «si funciona o no», que le cuesta verlo, pero se siente muy contenta con el resultado final y, además, «muy feliz» por poder estrenar en casa, en el Atlàntida, y hacerlo compartiendo parrilla con tanto cine local.
El filme se verá el día 30 de julio en la Sala Rívoli y el 31 en el CineCiutat, espacio en el que trabaja la propia Sampedro como subdirectora y programadora con un «equipo humano increíble» en lo que califica de «un proyecto superchulo» del cual está aprendiendo muchísimo.