Este jueves, la cultura lírica de Mallorca se ha convertido en uno de los temas de la actualidad. Y es que se ha confirmado que ha salido a la venta un palacete ubicado en el centro de palma por 13,9 millones de euros. Lo que relaciona este hecho con la ópera es que la vivienda perteneció a una de las voces más famosas de la isla y que ha recorrió toda Europa ganándose el favor del público y y el mundo de la música por igual: Francesc Mateu Nicolau, más conocido por su nombre artístico Francesco Uetam.
Mateu nació en Palma en el seno de una familia muy humilde, la cual regentaba un estanco en Ciutat. Durante su juventud, poca relación tuvo con la música más allá del gusto que le cogió, de hecho se hizo aprendiz de zapatero y en esa línea pensaba encaminarse en el futuro. Sin embargo, no tardó en recibir clases gratuitas de canto por parte del profesor de flauta Ignacio Muntaner. La casualidad quiso que, en algún momento, el compositor catalán Joan Goula le escuchara e identificara el gran talento del chico, y consiguió que debutara en 1859 en el Teatre Principal con tan solo 12 años con la ópera Linda de Chamounix de Donizetti.
Pasaron los años y, paralelamente a sus estudios, Mateu seguía cantando en el Teatre Principal gracias a Goula, que se convirtió en su mentor y su gran aliado en el mundo de la música. Ya en 1873, adoptó el nombre de Uetam, su apellido invertido, y con los años comenzó a salir de la isla para cantar en grandes teatros nacionales e internacionales: en 1877 viajó al Teatro San Fernando de Sevilla para cantar Réquiem de Verdi, y un año después marchó con Goula al Teatro Mariinski de San Petesburgo para interpretar grandes clásicos de la ópera como Fausto de Gounod, El Barbero de Sevilla o Mefistófeles de Boito. Igualmente, a inicios del 1880 empezó a actuar en el Teatro Real de Madrid y fue alternando sus actuaciones en Sevilla y San Petesburgo.
Su gran fama ya se estableció definitivamente en España en 1885 cuando el conde de Michelena, gran fan del cantante, le contrata para que actúe con regularidad en el Teatro Real de Madrid. A partir de entonces, canta con asiduidad en el escenario madrileño con piezas como Los Hugonotes, Fausto de Gounod, que le granjeó gran fama, pero sobre todo con Robert le diable, una grand opera de cinco actos que fue su gran triunfo y que cantó con Roberto Stagno. Sin embargo, poco después, debido a desavenencias con el conde, fue sustituido por el bajo Franceso Navarrini y sus actuaciones en Madrid pasaron a ser más esporádicas.
En los siguientes años, Uetam aún gozaba de popularidad y siguió cantando en teatros nacionales e internacionales. Destaca su interpretación en Robert le diable en el Teatro Paglianao de Florencia junto a Stagna y Gemma Bellicioni y sus actuaciones en Fausto y Lucrezia Borgia en el Teatro Cervantes en Málaga. Un año después, concretamente en 1903, Uetam deja los escenarios y se retira a su lujoso domicilio en Palma con una gran fortuna y un nombre para la posteridad. Diez años después, el cantante muere, y sus restos descansan en el Cementerio de Palma, donde aún siguen a día de hoy.