Palmeras, gaviotas, barcos y sobre todo, el mar. Hasta el 4 de febrero Can Balaguer acoge la exposición Refugi, una vida a la maleta, donde niños ucranianos que han huido de la guerra muestran con los pinceles cómo ha sido ese viaje que emprendieron hace ya tres años. A través de la pintura, han plasmado las imágenes que más les han impactado de su nuevo hogar y todos coinciden en plasmar la luz y el agua de su tierra adoptiva. La muestra y el taller de pintura han sido organizados por Arfa, la asociación de refugiados ucranianos en Mallorca, Arquitectives y Palma XXI, además de contar con la colaboración del Ajuntament de Palma. Arquitectives ha diseñado la estructura expositiva que servirá a partir de ahora para las muestras del Ajuntament.
En los últimos tres años, más de 15 millones de personas han salido de Ucrania huyendo de la guerra. Muchos de ellos son niños que se han tenido que adaptar a nuevas costumbres, nuevas escuelas, nuevas lenguas. En Mallorca, dice Lesya Kuznuyk, coordinadora de la asociación Arfa, hay alrededor de 4.000 personas, el 90 por ciento de ellos mujeres y niños. Los padres y abuelos se han quedado en su país luchando contra la invasión rusa.
«Han participado niños de tres a 16 años y llama la atención que los más pequeños utilizan colores más oscuros», cuenta la pintora. La ausencia de sus padres, que están en el frente, les pesa mucho.
Kuznyuk advierte que los niños «se han adaptado muy bien a la Isla después de un año muy difícil. Hablan a la perfección castellano y catalán y cuentan con mucho apoyo en el colegio». Y asumen que su regreso no será tan pronto como desearían.