La ópera Turandot de Giacomo Puccini regresa al Teatre al Principal de Palma. Lo hará los días 23, 25 y 27 de octubre, con la dirección musical de Giuseppe Finzi. La dirección escénica corre a cargo de Alessandra Premoli (Varese, Italia, 1984), que prepara varias sorpresas para el público en una representación que coincide con el centenario de la muerte del célebre compositor de Lucca.
¿Qué particularidades tendrá su versión de Turandot?
—Debemos situarnos en el centenario de Puccini. Existen muchas versiones de Turandot, todas son interesantes y con su propia dirección. Yo he optado por un trabajo de pensamiento, plantear por qué, después de cien años, esta obra sigue siendo representándose en todo el mundo. El público escuchará la misma música que Puccini pudo oír de una caja de música y que inspiró el tema musical de Turandot. Un amigo diplomático, que trabajaba en China, se la trajo. Vamos a hacer una grabación con esa caja de música, que está en una colección privada en Italia. Hay otra igual en Estados Unidos. Será un regalo para el público.
Y un homenaje a Puccini.
—Todo el espectáculo es un homenaje a la última ópera del período de oro de la ópera italiana. Después de la muerte de Puccini, la música cambió. La escenografía de este Turandot presenta a todos los personajes como si salieran de una caja de música tradicional china. La historia es la misma que en el libreto original, no hemos cambiado nada.
Los teatros de todo el mundo recuerdan la figura de Puccini en el centenario de su muerte.
—Es un año lleno de conmemoraciones y producciones. Decidimos no apostar por una dirección demasiado personal. Habrá tiempo para hacer otras Turandot durante el siglo. Cada director de escena puede ofrecer su visión. En el año de Puccini, debíamos hacer una Turandot diferente, la que corresponde al centenario, donde nos preguntamos por qué Turandot sigue siendo importante.
¿Qué vigencia tiene, hoy en día, el mensaje de Turandot?
—Turandot es una fábula. Pueden parecer que son antiguas, pero siempre hablan a todos y desde la eternidad, con muchos niveles de lectura. Además, son para todo tipo de público, tanto joven como adulto. Por eso, Turandot sigue funcionando. Las fábulas son intemporales.
Puccini murió sin terminar Turandot. En Palma, se verá la versión que completó Alfano.
—Esta función juega con una cierta meta teatralidad, habla de la ópera dentro de la ópera. Cuando llegamos al punto musical en el que se acaba la partitura de Puccini, porque murió, la escenografía cambia completamente. El final de Alfano no es el de Puccini, pero sigue siendo parte de la historia de esta ópera. Visualmente, hay un cambio espectacular en escena para destacar esa transición. Una ópera es el trabajo de muchas personas. Turandot es de Puccini, de los autores del libreto, de Alfano, de los cantantes que ponen su creatividad, del director musical.
Se ha recuperado el vestuario del Turandot del año 1993 en el Teatre Principal de Palma.
—Sí, el vestuario corre a cargo de Maria Miró. El vestuario es el mismo por economía, para mantener una visión tradicional de la fábula y para que forme parte del sentimiento colectivo del grupo de trabajo con el que trabajamos.
¿Cómo está siendo trabajar en Palma en un espacio que se parece a algunos teatros italianos?
—Empezamos los ensayos en diciembre. Ahora estoy con cuestiones como el vestuario y la escenografía, y para ver el teatro. Será mi primera vez en Palma. Ha sido una sorpresa ver que es un teatro histórico, con la forma de los teatros tradicionales de Italia. No es tan grande. Tiene una excelente acústica. Ahora se hace todo en estadios, con miles de personas y grandes vídeos, y siempre tienes la sensación de perderte algo. En los teatros históricos, se siente la energía que pasa de los intérpretes a los espectadores. Es importante tener un precioso teatro en la ciudad.
¿Cómo influye ser italiana para enfrentarse a Puccini?
—La música de Puccini es apasionada. Si la comparo con la música francesa, más suave y llena de detalle, me siento más cerca de Puccini porque es mi cultura. Hay una distancia cultural por tratarse de un hombre del siglo XIX. Sus personajes femeninos están bien definidos, conmueven, siempre está de la parte de la mujer, pero la visión es la de un hombre del XIX, donde la mujer no es racional. El único personaje femenino que no es solamente impulsivo es Turandot, porque es hija del cielo y desafía el intelecto de los hombres con sus enigmas. Liù es un personaje femenino clásico de Puccini, que muere por el hombre que ama, es bonita y representa un ideal masculino. Turandot es algo más y tiene una personalidad fuerte.
Turandot puede ser cruel y malvada.
—Puede parecer que es muy mala porque mata, pero eso viene de un trauma antiguo, el de las mujeres que han sufrido violencia. No es fácil entender el carácter de Turandot. Calaf se enamora de ella y no de Liù, que es bonita y tranquila. Hoy en día, la sociedad está comprometida con la igualdad, pero ha existido, desde tiempos inmemoriales, el peligro de la violencia a las mujeres. La mujer ha tenido que luchar por la igualdad. Turandot no confía en los hombres.
En paralelo a Turandot se representará Un, dos, tres…Turandot!, un espectáculo para bebés.
—Me parece que es una excelente idea que los bebés y los niños se acerquen al teatro desde muy jóvenes porque eso les permite entender que es un lugar común de la ciudad, como los parques o las plazas.