Aquella Malú que debutó en 1998 siendo apenas una adolescente es hoy una artista consolidada. Quién iba a decirle que con el tiempo se convertiría en lo más parecido a sus admiradas Mariah Carey y Celine Dion: una diva pop de multitudes. Madrileña de ascendencia gaditana, hija del cantaor Pepe de Lucía y, por ende, sobrina del gran Paco de Lucía, Malú celebra este sábado en el Auditorium de Palma (21.30 horas) el 25 aniversario de la publicación de su álbum debut Aprendiz, un trabajo donde esta baladista temperamental plasmaba una mirada intimista y personal que contrasta con su filosofía alegre y positiva de la vida.
No estará sola en el repaso por los éxitos que han jalonado su carrera: la acompañarán nueve músicos que reforzarán su poderío vocal con una puesta en escena que, lejos de ser íntima, pretende romper con las expectativas del público para mostrarse como un auténtico espectáculo visual y sonoro. El repertorio ha sido cuidadosamente seleccionado para abarcar un viaje por sus primeros éxitos hasta los más recientes. Ahí estarán Blanco y Negro, Aprendiz, Ángel caído, A prueba de ti, Que nadie o Si estoy loca, junto a otros muchos temas conocidos por el público.
Malú le ha cogido el gusto a rebuscar en diferentes estilos para armar canciones rotundas, que sorprenden con nuevos matices sin abandonar su incorruptible identidad. Canciones que maniobran entre claroscuros para hablar de amor, soledad y supervivencia, que ella canta con esa prestancia escénica, con esa esbelta figura embutida en estrechos conjuntos que subrayan su condición de diva clásica, al uso, de rompe y rasga. Pasan los años, pasan los discos, pero Malú mantiene intacto su encanto escénico, esas tablas que precisamente el paso del tiempo ha ido acrecentando. Una clase nada impostada, a medio camino entre el descaro y el señorío y, sobre todo, tocada con una cercanía que rompe todas las barreras. Y es que, 25 años después, el solo nombre de Malú es garantía de éxito.
A sus 42 años, con una veintena de álbumes en su haber y decenas de millones de escuchas en Spotify, sabe, como es natural, lo que es el ‘oro' y el ‘platino'. Certificaciones que premian su pop con poso latino y destellos rockeros y ese desparpajo escénico tan coreado por sus fans.