Cuando la conocida escritora italiana Valeria Parrella (Nápoles, 1974) publicó en 2008 su primera novela Lo spazio bianco, una historia sobre una madre soltera de cuarenta y dos años que espera la recuperación de su bebé prematuro, abordar la maternidad desde posiciones divergentes «no era una cuestión política». Ahora, dieciséis años después, avisa, sí lo es. Lo asegura con motivo de la publicación en catalán de la obra, L'espai blanc, traducido por Sara Serrano. Ambas hablarán de esta obra este martes 21 de mayo, a las 19.00 horas, en la librería Drac Màgic de Palma, dentro del ciclo Màtries que impulsa la Fundació Mallorca Literària.
«En aquellos tiempos simplemente era una exposición de los hechos, no te hacían tantas preguntas o no se preocupaban tanto, cuando ibas al registro civil, de si la criatura tenía o no un padre o una madre», recuerda Parrella. En definitiva, no había tanto alboroto sobre la maternidad, un tema que, por otra parte, no tenía mucho espacio en la literatura. «Desde la Virgen María, la maternidad se ha visto como algo bonito, la madre como una mujer divina y perfecta, siempre desde una perspectiva positiva. La antimaternidad o la maternidad en sentido negativo no estaba presente», añade. «En la teoría, la constitución italiana está hecha y redactada para abordar cuestiones sobre la muerte, la vida, los homosexuales, aunque no los trans, los prematuros... La generación de nuestros padres han crecido con la seguridad de que las cosas eran así y que todo lo que habíamos ganado no se perdería, como el divorcio o el derecho al aborto», insiste.
Lengua y estilo
Sin embargo, la autora, muy conocida –y reconocida– en su país, asegura que en ese momento «no pensaba en la repercusión que tendría la novela»: «Cuando escribo solo pienso en la lengua y el estilo, en contar las historias con frases bonitas». De hecho, explica que cuando escribe lo hace en voz alta y, si las frases le resultan agradables al oído, las anota. «También corrijo en voz alta, mi editor está cansado de oírme, porque corrijo una y otra vez, de cabo a rabo», bromea Parella, quien se muestra sorprendida por la semejanza entre el napolitano y el catalán. «Esta es la primera traducción al catalán de una obra mía, espero que no sea la última», sugiere.
Precisamente la autora explica que, en otras lenguas, se ha optado por traducir el título como ‘tiempo de espera' o ‘sala de espera', pero celebra que Serrano se haya decantado por L'espai en blanc, ya que entraña varias metáforas importantes: el hospital, el espacio en blanco de la espera y en el que empieza una nueva vida o la manera de Flaubert, ensalzada por Proust cuando apenas era conocido, de dejar un espacio en blanco para indicar que habían pasado veinte años en la historia.
Por otra parte, L'espai en blanc también recoge una crítica social contra los sistemas sanitario y educativo a través de Maria, la protagonista, que es profesora en una escuela nocturna de Nápoles. «Da clases a gente que fue a la escuela hace cuarenta años y, por tanto, se encuentran de nuevo con el sistema fallido. En el hospital se encuentra con madres que han sufrido violencia de género, drogadictas... están representadas una gran variedad de perfiles y clases sociales», detalla.
Y, a pesar de que hay dramatismo, también hay espacio para el sentido del humor que sirve de contrapeso: «Es que la vida es así. No soporto las historias que acaban mal, aunque sean muy tristes, hay momentos muy duros en los que también puedes reírte».
Parella acaba de publicar en Italia un nuevo libro de cuentos, Piccoli miracoli e altri tradimenti, en el que, avanza, hay mucho sexo. «Escribir sobre sexo es difícil, como puede serlo describir un perfume. Ya es hora de que las mujeres escribamos sobre sexo porque nosotras, como los hombres, también follamos», manifiesta.