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Jorge Carrión: «Prefiero fotos y vídeos de museos que no de playas, comida o gente con poca ropa»

Ofreció la charla 'Ética y estética de las redes sociales' en el programa Art en Pantalla de Es Baluard Museu

Jorge Carrión, este jueves en Es Baluard Museu de Palma. | Teresa Ayuga

| Palma |

Es innegable que el mundo digital ha cambiado la forma de entender y relacionarnos con el mundo, también con el arte. Sobre ello reflexiona el programa Art en Pantalla de Es Baluard Museu, que este jueves tuvo como tercer y penúltimo invitado a Jorge Carrión, que ofreció la charla Ética y estética de las redes sociales.

El planteamiento de su conferencia, contó a Ultima Hora, es hablar de la historia de internet desde el nacimiento de Google en 1998 hasta ahora y de «cómo se ha creado cierta ética y varias estéticas en la redes». A partir de ahí, el autor de títulos como Membrana, Todos los museos son novelas de ciencia ficción o el más reciente, El Museo, explora «cómo todo eso se ha vuelto mainstream a la vez que plantea el reto de la Inteligencia Artificial (IA) y cómo el arte y los museos son claves para abordarlo».

Sobre cómo han cambiado internet o las redes sociales la forma de acercarnos al arte y a los museos, con una actitud de ‘postureo' que nos hace estar más pendientes de mostrarnos y no tanto del contenido o el significado de aquello que exhibimos, Carrión señala que «intento no juzgar, porque no sabes lo que ocurre en el cerebro de la persona que se hace un selfi ante según qué tipo de obra o monumento». «Me parece que, en clave de geopolítica cultural, a los creadores y gestores culturales nos interesa más la circulación de imágenes culturales en redes sociales. De modo que si es cierto que no podemos saber la motivación de por qué subes eso en Instagram o Tik Tok, prefiero fotos y vídeos de museos que no de playas, comida o personas con poca ropa. Hay que recordar que los auténticos enemigos son la ultraderecha que cancela, la censura, la posverdad, el ocio entendido como alcohol, fiesta, folklore o toros. Si bien puede ser superficial que un turista vaya a una galería de arte y se haga un selfi con una pintura, la verdad es que es un mal menor comparado con lo otro», razona.

En este sentido, explica que la clave es la «curación»: «La razón de ser de cualquier librería o lo que hace Es Baluard en sus redes o yo mismo como preescriptor cultural es un ejercicio de curación. La curación tiene, al menos, dos sentidos: el de la selección y el de curar, que a su vez tiene que ver con cuidar. Asimismo, creo que es nuestra responsabilidad cuidar lo que recomendamos y difundimos porque, al final, una red social consiste en señalar ciertos aspectos de la realidad».

Finalmente, respecto a la IA, que también ha cambiado la forma de producir y consumir arte, Carrión recuerda que «el arte rupestre también usaba la tecnología de su época y la revolución de los pintores de Florencia o de los Países Bajos en el Renacimiento también tuvieron que ver con los avances en las herramientas». ¿Deberíamos, por tanto, no temer la IA? «He escrito dos libros sobre este tema, Los campos electromagnéticos con GPT-2 y GPT-3 y la experiencia fue muy positiva e interesante, porque cuando trabajas con IA difícilmente percibes ese tipo de amenaza. Por otra parte, en la novela Membrana, en la cual imagino un museo del siglo XXI inaugurado en 2100 por una IA, analizo la distopía de esta amenaza que tiene más que ver con darnos cuenta de lo rápido que progresa y avanza que no tanto de lo que ahora está ocurriendo, que no es un problema de la IA sino del uso que los humanos le dan».

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