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Una exposición para dar conocer los ‘tesoros' del pecio de Ses Fontanelles

Antònia Roca mantuvo ayer un encuentro con expertos de las tres universidades que están estudiando el barco romano

Los diferentes expertos y responsables de instituciones posaron frente a parte de la carga extraíaa del navío. | M. À. Cañellas

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La vicepresidenta y consellera de Cultura i Patrimoni del Consell, Antònia Roca, ha mantenido este viernes una reunión técnica con los representantes de la Universitat de les Illes Baleares (UIB), la Universidad de Cádiz y de la Universitat de Barcelona, y así conocer de primera mano las últimas novedades sobre la investigación de los materiales recuperados del pecio de Ses Fontanelles. Estos hallazgos están ubicados actualmente en dependencias del Museu de Mallorca y serán expuestos en un futuro para que puedan ser visitados por los mallorquines.

En el encuentro, además de Roca, participaron la vicerectora de Innovació i Transformació digital de la UIB, Loren Carrasco Martorell; el vicerrector de Investigació de la Universitat de Barcelona, ​​Jordi Garcia Fernández; y el catedrático de Arqueología de la Universidad de Cádiz, Darío Bernal Casasola, quienes pudieron conocer in situ las ánforas y otros materiales que se custodian en el Museu de Mallorca desde 2021, cuando se rescataron del pecio. La directora de dicho museo, Maria Gràcia Salvà, también estuvo presente. Roca criticó que haga tantos años que estos restos arqueológicos subacuáticos se encuentran almacenados de espaldas a la ciudadanía y anunció que «ya se está preparando una exposición para ponerlos a su alcance».

Fase final

En este sentido, el Consell ha puesto este mes en marcha el operativo para iniciar la última fase de excavaciones en el pecio de Ses Fontanelles. Es un estudio arqueológico para comprobar el estado actual de conservación del barco, que se va a extraer en los próximos meses, como ya avanzó en primicia Ultima Hora. Ahora se está llevan a cabo la excavación de la propia estructura naval del barco con el objetivo de extraer este pecio del siglo III-IV que se halla en la Platja de Palma.

Elementos de la carga en la que se pueden apreciar dos de las ánforas de hace más de 1.500 años y el estado de la madera.

Una vez se que extraiga el pecio, será trasladado al Castillo de San Carlos, donde se construirá un estanco en el que se conservará y donde se llevará a cabo la labor de desalinización durante 18 meses, cerca de dos años. Este proceso estará abierto al público para que la ciudadanía pueda visitar el pecio.

Los expertos universitarios valoraron el hallazgo y los tres repitieron varias veces la misma palabra para describirlo: «Excepcional». Garcia Fernández, de la UB, señaló que es de los «pocos casos en los que se han encontrado este tipo de restos lo que demuestra que es un descubrimiento particular, singular y excepcional». Por su parte, Carrasco Martorell, de la UIB, juzgó que este tipo de investigaciones «no son solo del pasado», sino que permitirán «determinar cómo estaban las cosas y cómo afecta el cambio climático por ver las condiciones que había en su momento» y vaticinó que estos estudios tendrán «un impacto en muchas áreas».

Imagen de algunas de las ánforas que se podrán ver cuando se expongan.

Finalmente, Bernal Casasola, de la Universidad de Cádiz, que fue quien más habló en calidad de codirector del proyecto, fue claro: «Si hemos venido hasta aquí es porque es una situación única e irrepetible» y valoró los muchos detalles que se desconocían y que este barco ayudará a estudiar. Por ejemplo, la época (segunda mitad del siglo IV d.C., de la cual no se conocen barcos hundidos en el Mediterráneo); la procedencia(actual Cartagena, de la cual no se conocen cargamentos); la carga a través de sus «300 y pico ánforas que envasaban aceites, vino y salazones de pescado que se han conservado completas, taponadas y con inscripciones» sumando una centena de estas últimas cuando no se conocía «ningún otro barco con mas de 25».

La alimentación misma de la época tardorromana es algo que se puede estudiar gracias a lo bien «conservados que están los alimentos a pesar de haber pasado 1.500 años» y, por último, la propia estructura que tiene «particularidades que tampoco se conocían para la época». Todo ello justifica el apelativo de «excepcional» y elogió Bernal Casasola que «lo que se ha hecho aquí se ha hecho bien y de manera pensada y reflexiva», sirviendo como ejemplo de «formación, investigación y transparencia».

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