En la época del multi-tasking, la flexibilidad y el resucitado do it yourself que acuñaron los punks a finales de los años 70, la autogestión es indispensable para hacerse un hueco en un mundo de la música, que nunca ha producido tanta oferta y tan variada como hoy en día. Lo que no ha cambiado (y no debería hacerlo nunca) es el entusiasmo, la ilusión y las ganas de comerse el mundo de los artistas que intentan hacerse un hueco en la escena, vivir de ella y, sobre todo, para ella. De todo esto presume a raudales el músico Berto Meana (Palma, 1994), bajista y un poc de tot en tres proyectos con tanto presente como futuro: The Ripples, Colorado y Guille Wheel & The Waves. Él mismo se presenta.
«Nosotros hacemos country, folk, rock & roll, blues; todo gira alrededor de este mundo», explica Meana mientras enciende un cigarro de liar y pide un café solo en la terraza de la pastelería de la calle Blanquerna donde se lleva a cabo esta entrevista. «¿Se puede fumar en las entrevistas?», reímos y continúa explicando que «somos muy entusiastas en lo que hacemos. Todos tenemos una trayectoria larga a nivel individual; yo tengo mi camino, Juan tiene el suyo; Toni y Guille igual. Eso genera un arco de experiencias y emociones muy enriquecedor. Empezar con ellos hace dos años fue una suerte. Sin darme cuenta tengo tres bandas».
¿Y cómo lo llevas?, es la pregunta obligada, a la que Mapache, su pseudónimo, contesta sin pensárselo ni un segundo: «súper feliz. Para mi no es curro. No lo cuantifico en dinero, lo cuantifico en experiencia de vida».
Método y entusiasmo
¿Le gustaría vivir de la música? Le preguntamos a Berto. Con tanta naturalidad como decisión responde «yo vivo de esto, otra cosa es que ahora no gano dinero. Pero va a pasar, seguro. Es en lo que hemos proyectado lo que hacemos. Todo lo demás es un trámite, que yo tenga otra ocupación [Meana trabaja para una pequeña bodega de Es Pla] es un trámite para poder vivir, pero si no saliera seguiría haciendo música. ¿Que podré vivir de esto el año que viene tocando, promoviendo bandas, montando eventos? Antes había una industria que apostaba el dinero y la estructura en un artista o un grupo y a ver qué pasaba. Hoy no, te lo tienes que montar tú. En nuestros grupos todos hacemos de todo y la clave es saber aprovechar lo que se le da bien a cada uno tanto a nivel musical como de promoción, diseño...».
Mapache insiste en que «disfruto al ir a apoyar a un grupo que toca para 50 personas porque me siento único, porque tengo la suerte de estar allí, de ver cómo producen, cómo graban. Aquí no había una escena sólida de bandas que se conectaran entre ellas mismas. Y jóvenes. Que un grupo de rock no sea una banda de versiones del pub de turno del Paseo Marítimo de Palma. Buscamos algo original y accesible».
Rock & Roll
Meana echa la vista atrás para potenciar su argumento: «Cuando piensas en las bandas que te gustan de los 60 y los 70 ¿cuales son las historias? A lo mejor estabas grabando en un estudio cualquiera y en la cabina de al lado se encontraba Keith Richards probando unas guitarras o Emmylou con Gram Parsons con cualquier movida o Jimmi Hendrix haciendo lo suyo. La gente se conocía. Toda la música esta llena de coincidencias».
El bajista opina que «en la música hay una guerra de egos muy importante. No la vas a cambiar pero puedes intentar vivir de otra manera. Que a mis colegas les vaya bien es lo mejor que me puede pasar. En mi banda toco con cinco personas, más el productor, el que masteriza y muchísima gente más. Yo necesito que les vaya lo mejor posible. Hasta por egoísmo, que en mi caso es entusiasmo e ilusión. Creo que eso es lo que nos salva».
En abril, The Ripples tocan en el Rambling Roots de Wycombe, Inglaterra, y el 14 de junio el ya mencionado conjunto y Guille Wheel & The Waves se verán con el público en la segunda jornada del Mallorca Live Festival. Pero, sin ir más lejos hoy mismo, Berto actúa junto a sus compañeros de Colorado y Guille Wheel & The Waves en el Wurlitzer Ballroom de Madrid.