Verdi escribió La forza del destino por encargo del Teatro Bolshoi Kamenny (actual Teatro Mariinski) de San Petersburgo, donde se estrenó en noviembre de 1862. Desde entonces, alrededor de esta pieza se ha generado una atmósfera de mal augurio debido a estrenos truncados. En San Petersburgo, por ejemplo, la soprano enfermó y se tuvo que posponer el estreno, que estaba previsto para enero; e incluso en Metropolitan Opera House de Nueva York el tenor se desplomó. El Teatre Principal de Palma no cede a supersticiones y hará un estreno absoluto el 28 de febrero, el 1 y 3 de marzo.
La forza del destino, según ha explicado este martes en rueda de prensa la consellera de Cultura, Antònia Roca, es una ópera en cuaro actos con libreto de Francesco Maria Piave, que se basó Don Álvaro o la fuerza del sino del español Ángel de Saavedra, más conocido como Duque de Rivas. La acción transcurre en España e Italia a mediados del siglo XVIII, y gira en torno a la relación prohibida entre Leonor, hija del marqués de Calatrava, y Don Álvaro, un joven noble procedente de Sudamérica que es discriminado por su «bajo origen» y su «sangre de mulato». Las circunstancias obligarán a Don Álvaro a cometer actos contrarios a su voluntad, que desencadenarán en un trágico desenlace. Un drama de amor, muerte y venganza que culmina de manera trágica.
El montaje cuenta con la dirección musical de Gianluca Marcianò y de escena de Pier Francesco Maestrini. El responsable de la reposición es Michele Cosentino y Alfredo Troisi firma el vestuario y la escenografía. En cuanto al elenco, lo conforman Francesco Pio Galasso (Don Álvaro), Damiano Salerno (Don Carlo di Vargas), Alessandra Di Giorgio (Donna Leonora), Ketevan Kemoklidze (Preziosilla), Simón Orfila (Padre Guardiano), Toni Marsol (Fra Melitone), Jordi Fontana (Mastro Trabuco) Vega Escribano (Curra), Joan Miquel Muñoz (Alcade) y Pablo López (Marchese di Calatrava, chirurgo). Además, también participa la Orquestra Simfònica de les Illes Balears y el Cor del Teatre Principal, dirigido por Francesc Bonnín.
Gianluca Marcianò ha explicado este martes en rueda de prensa que Verdi estuvo siete años componiendo La forza del destino. «El primer estreno fue en San Petersburgo y, a partir de ahí, evolucionó hasta concebir la versión final que ofrecieron en Milán. En cuanto a la estructura de la función, en un principio la ópera solo tenía un preludio, pero Verdi finalmente optó por una apertura completa, que se interpreta entre el primero y el segundo acto; el tercero y el cuarto, tal y como Verdi dio por buena en la versión de Milán que ahora recuperamos», ha detallado.
Asimismo, el director musical ha avanzado que, en una primera versión, al final de la obra morían Don Carlo (hermano de Leonor), Leonor y su amante, Don Álvaro; algo que no terminaba de convencer a Verdi, que optó por una solución diferente: Don Álvaro se salva. Según Marcianò, el hecho de que este no muera es porque Verdi quiso someterle a una suerte de «castigo personal». «La muerte de Don Álvaro hubiera sido como una liberación, en cambio, el hecho de que sobreviva hace que tenga que cargar con el peso y el dolor de tantas muertes para siempre. De ahí el significado del título: La fuerza del destino», ha justificado.
Por su parte, Michele Cosentino, que se ha encargado de la reposición y la coreografía, ha señalado que ha querido «respetar el texto que escribió Verdi» ha celebrado la decisión de incorporar la apertura entre el primer y segundo acto, ya que el público percibe mejor que ha pasado un tiempo entre las acciones narradas. De hecho, entre el tercer y cuarto acto ha pasado un lustro. Consentino ha destacado también que la ópera aborda temas universales y muy actuales, como el amor, la guerra o la discriminación por motivo de raza, como la que sufre Don Álvaro.
La soprano Alessandra Di Giorgio, que interpreta a Leonor, ha subrayado la «preparación técnica» que precisa esta pieza, puesto que hay muchos momentos dramáticos en el que uno quiere dar tanto que es difícil no sobrepasarse». Di Giorgio también ha remarcado que en La forza del destino no hay ningún personaje malo. «Todos son muy pasionales, pero en realidad ninguno es malo, cada uno tiene su drama y su historia, por eso es una ópera tan triste. ¿A quién culpar cuando las cosas salen mal? Así es la vida».
El tenor Francesco Pio Galasso (Don Álvaro) ha celebrado que se trata de su debut en este título de Verdi, una obra que «empieza el bel canto y que llega hasta el romanticismo, algo que se nota también en la parte vocal y la estructura musical». «Todos los personajes tienen un afán de superación técnico porque todos cantamos mucho, desde el piano hasta frases largas y dramatismos por lo que hay que ir con cuidado con implicarse demasiado», coincide con su compañera de reparto.
El menorquín Simón Orfila ha recordado que el año pasado cumplió 25 años de carrera, que inició precisamente en el Teatre Principal de Palma, aunque también ha puntualizado que es su debut en esta pieza, que ofrece «uno de los papeles más importantes para bajo-barítono».