Es San Valentín y sabemos lo que eso significa: el amor está en el aire. Bueno, en realidad está siempre revoloteando por ahí, pero en esta fecha tan señalada se abren más las fosas nasales para inspirar más y mejor las feromonas del crush particular de cada uno. Es verdad, sin embargo, que cada vez parece más complicado esto del amor. Que si poliamor, que si relaciones abiertas, que si el recientemente acuñado término de ‘situationships', sea lo que sea esto.
A pesar de todo, hay algo que no cambia, se llame como se quiera llamar al tipo de relación que se tenga. Y ese algo invariable es ese qué sé yo que no se va cuando vemos a quien nos gusta, ese sentimiento tan indefinible como real y que, a veces, aparece en los lugares y en los ojos más insospechados. En ocasiones, incluso, sin ser el causante de nuestra romántica embriaguez ni siquiera de carne y hueso. Esto es, precisamente, lo que plantea este reportaje: ¿Qué personaje de ficción te ha enamorado y por qué?
El cineasta Toni Bestard lo tuvo claro: la teniente Ripley, encarada por Sigourney Weaver en Alien. Bestard, que por cierto pudo encontrarse con su platónica fijación en la reciente gala de los Goya, confiesa que este fue «el primer personaje femenino que me fascinó por ser una mujer muy empoderada». Así pues, la luchadora tiene una evolución «incluso más marcada en la segunda parte, la de James Cameron, cuando coge metralleta con la niña en brazos». No oculta Bestard opciones como Meryl Streep en Los puentes de Madison o Bella Baxter interpretada por Emma Stone en Pobres criaturas.
Siguiendo con el cine, en el caso del actor y dramaturgo Sergio Baos da un giro bastante radical. No es ni una heroína, ni es mujer. Baos se decanta por C. C. Baxter, el personaje interpretado por Jack Lemon para Billy Wilder en el clásico El apartamento. Como destaca el mallorquín: «Siempre he amado los personajes patéticos que te enternecen porque todo el mundo le pisotea». Lemon logró embelesar a Baos «en seguida» por ser esa «pobre alma del diablo con mucho que perder y poco que ganar».
Continuando con el séptimo arte llega la cineasta Eugènia Sampedro, quien se decanta por una cinta reciente y un personaje cercano: Mila, de Creatura, creado e interpretado por Elena Martín. Destaca Sampedro que «elegir un personaje que me haya eclipsado a lo largo de los años es desafiante» y varios nombres han aparecido en su mente, como Nora de Vidas pasadas, Cleo de Somewhere, o Joanne, de Les cinq diables, pero fue Mila quien le «dejó el corazón rojísimo en una noche de verano», por lo que a ella va su declaración de amor: «Gràcies, Mila, t'estim».
Cambiando radicalmente de género, pero sin alejarse del suyo propio, la dibujante Flavia Gargiulo se rodea de las páginas del manga para extraer de ellas, como en el famoso vídeo de Take on me de A-ha, a Rurouni Kenshin, Inuyasha y, sobre todo, Ranma Saotame. Confiesa Gargiulo que le «encantaban estos héroes del manga y soñaba con ser una de sus heroínas». De los tres nombres destaca uno: Saotame, por ser «el menos melancólico», aunque fuera «algo confuso que se convirtiera en mujer».
En el terreno literario, la también académica de la RAE Carme Riera recordó a su amado personaje de la adolescencia: el amante de Anna Karénina, el conde Vronsky. «Yo tenía unos 18 años y me parecía fantástico y maravilloso al principio, cuando se encuentran en el tren, pero cuando terminé el libro pensé que era horrible, pasé del enamoramiento al desenamoramiento, porque la acaba tratando muy mal».
Un poco en esta línea está «el crush» de la autora superventas Joana Marcús: Edward Ferrars, de Sentido y sensibilidad. «Fue la primera novela romántica que leí, así que tal vez esté un poco condicionada por ello. Aun así, después de haber leído mucho de este género, nadie consigue superar la huella que dejó el señor Ferrars. Es muy patoso, muy tímido, que a veces desearía no haber salido de su casa o no haber abierto la boca, pero tiene un punto de decisión y de inteligencia emocional que me gusta mucho. Es sensible y, a su manera, decidido. Introvertido, pero muy fiel a la gente que quiere», razona, a la vez que confiesa desear «vivir en una novela de Jane Austen».
El también escritor y crítico Nadal Suau se decanta por Clarise Starling, de El silencio de los corderos. Recuerda que la primera vez que vio el filme «las circunstancias que rodean al personaje despertaron en mí un instinto protector o una indignación que me llamaban a defenderla». Algo que sin duda propicia la actitud «clasista» de Lecter. Sin embargo, añade que «la última vez que la vi me di cuenta de que ese impulso protector, puro machismo soft, me había estado despistado de lo importante: que Starling tiene unos ovarios enormes, que es una valiente sin necesidad de protector ni defensor alguno».
Finalmente, el entrañable cantautor Tomeu Penya, que se define como una persona muy enamoradiza, lo primero que le viene a la cabeza es la famosa actriz Charlize Theron, especialmente en su papel en la cinta Mi gran amigo Joe. Sin embargo, acto seguido evoca probablemente su primer gran amor en la ficción: Sigrid, la novia del Capitán Trueno. «Era solo un niño y fue con ella que descubrí que existían otros tipos de mujeres diferentes a las que yo conocía», evoca.