Con el «gran clásico moderno» Boeing boeing, el Ajuntament de Palma pretende «recuperar la antigua tradición de Xesc Forteza» de proponer una comedia para las fiestas de Navidad. Así lo ha explicado Javier Bonet, regidor de Cultura del Ajuntament de Palma, que ha presentado este miércoles en rueda de prensa las seis funciones que se celebrarán precisamente en este teatro municipal, el Xesc Forteza. La primera será este viernes 23 de diciembre y las otras se desarrollarán entre el 26 y 30 de diciembre. Todas serán a las 19.00 horas.
El concejal ha insistido en la necesidad de reivindicar la figura de Xesc Forteza, «quien marcó un punto de inflexión en el teatro cómico y popular de la Isla». «El teatro estaba abierto a todo el mundo, a todos los públicos y gustos. La gente asistía con ganas de reír, de pasarlo bien y es algo que debemos recuperar». En este sentido, ha criticado que este tipo de teatro, que «tiene la capacidad de entretener y divertir sea despreciado por algunos, pues es justamente con el que más disfruta el público».
Asimismo, Bonet ha recordado que se trata de un montaje que «ha triunfado en todo el mundo, desde Nueva York y Roma hasta París, Londres o Madrid». Además, ha destacado que está dirigido por Ricard Reguant y protagonizado, entre otros, por Joan Carles Bestard». Ángela Aso, Moritz Bonin, Bárbara Montiel, Miren Legorburu y Pedro Orell completan el elenco.
Por su parte, Reguant ha destacado que la obra de Marc Camoletti constituye el «padre de los vodeviles modernos». «Así como en su época Molière representó el padre de la farsa moderna, desde los años 60 hasta ahora este montaje ha sido también un referente». Por ello, lamenta que haya «críticas absurdas, que tachan el montaje de machista».
«Lo que es machista es la actitud de los personajes y es precisamente lo que el autor critica, pues los hace quedar como personajes ridículos. Algunos dicen que es antifeminista, pero no es así para nada, es mentira. En París, que es prácticamente la capital cultural europea, se sigue viendo como un gran clásico, que se representa año tras año. Los mejores actores de Francia la han querido representar, porque para ellos es un honor. Este gran clásico moderno también llegó a España hace mucho, la dirigió Alberto Closas, un actor y director muy querido, y la mismísima Rosa Maria Cerdà la interpretó en Barcelona cuando tenía 20 años. Y creo que es indudable la posición de Cerdà respecto al feminismo».
En cuanto a la pieza, Reguant ha señalado que «es milimétrica, como un reloj suizo, donde los actores no pueden despistarse ni un momento, porque si no la función se va a pique». En todo caso, ha aclarado que «hay espacios para la improvisación, como ocurre en el teatro de vodevil, y en este caso contamos con Joan Carles Bestard, el rey de la improvisación, con el que ya hemos hecho una treintena de bolos durante el verano y que retomaremos el año que viene». De hecho, Bestard también participa en la gira por Madrid, que es el mismo montaje pero en castellano. Llevamos 300 bolos hechos allí durante dos años, así que interés, hay».
Joan Carles Bestard ha coincidido en el reto que supone representar Boeing boeing y, en general, cualquier comedia teatral. «Como actor, no creo que los géneros tengan que estar vetados. Cada uno que haga lo que quiera, pero los espacios teatrales deberían acoger todo tipo de géneros, no hay uno mejor que otro, son simplemente diferentes. Hacer comedia es muy difícil porque hacer reír es complicadísimo. A veces, en los ensayos, programamos un momento en el que esperamos que los espectadores se rían y no lo hacen y eso desmonta un poco todo. Yo he hecho otros géneros, tragicomedia o drama, pero en esos no tienes que estar tan pendiente del público, cosa que sí pasa con la comedia. Es agotador».
Sobre los prejuicios en torno a este tipo de comedias, Bestard reconoce que «uno se siente herido cuando hay gente que dice defender el teatro, pero en realidad defienden el suyo. Tenemos que hablar de teatro y espectáculo en mayúscula, no tenemos que ser tan provincianos o pueblerinos y mirar todo el rato nuestro ombligo y nada más».