Escritor, editor, articulista, comisario o guionista son algunas de las muchas facetas que ha desarrollado Guillem Frontera (Ariany, 1945) a lo largo de su dilatada trayectoria. Por ello, no es de extrañar que el veterano autor protagonice un volumen sobre su carrera y que este sea, nada más y nada menos, que de 551 páginas. Damià Pons, Miquel Campaner y Carme Llull han sido los encargados de promover Guillem Frontera: un escriptor, un món (Ensiola), un libro «que intenta ser una aproximación a la figura y obra de Frontera lo más exhaustiva, global y detallada posible» a partir de 33 artículos de 33 autores diferentes.
El proyecto, recuerda Pons, surgió a raíz de la organización de la jornada dedicada a Guillem Frontera que tuvo lugar en noviembre de 2021 y que estaba impulsada por la Fundació Mallorca Literària. «Tenía muy claro que era necesario recopilar todas las ponencias en un libro, que ha sido de elaboración lenta porque han participado 33 autores e incluso algunos finalmente no pudieron participar. Yo mismo, por ejemplo, volví a leer todas sus novelas, pero finalmente no pude incluir mi artículo», cuenta el catedrático de la UIB. Pons destaca la heterogeneidad de sus participantes, tanto desde un punto de vista generacional como «metodológico y de técnicas de análisis».
«Veintiuno son de Mallorca, uno de Menorca, dos de Eivissa, siete de Catalunya y dos de Valencia.
Además, el abanico profesional es también amplio: catedráticos de universidad y profesores de secundaria, críticos literarios y escritores, editores y estudiosos de la música y de las artes plásticas. Así, figuran desde veteranos como Àlex Broch o Llorenç Soldevila, fallecido el año pasado, hasta jóvenes como Llucia Serra, profesora de Secundaria con vocación investigadora que ronda la treintena», apunta.
Por otra parte, los artículos también son diversos. Algunos ofrecen una panorámica global de la obra de Frontera, como es el caso de Broch, Pere Antoni Pons, Llorenç Capellà o Melcior Comes; otros se centran en algún título concreto del escritor, como Els carnissers, Tyrannosarus o Sicília sense morts; en la obra no narrativa, como la poesía, los aforismos, los artículos periodísticos, obra audiovisual y dramático y, finalmente, en aspectos temáticos que presentan sus textos, como la censura, la música, las artes plásticas, el tratamiento del paisaje, la religión o los usos pedagógicos de su obra, entre muchos otros. Asimismo, también se incluye una bibliografía de Frontera –que consiste en tres poemarios, 14 títulos de narrativa, uno de teatro, 14 de prosa de no ficción, un guion y cuatro adaptaciones teatrales–.
Para Pons, Frontera es «una persona todoterreno, que ha trabajado en diferentes ámbitos de la cultura». «Su primera novela, Els carnissers (1968), es un prodigio de la madurez en un individuo que no tenía ni 25 años. Lo extraordinario radica precisamente en esa madurez sociológica y sociopolítica que manifiesta en un momento en el que la realidad mallorquina no había sido analizada ni por historiadores ni sociólogos. Él tuvo una gran intuición porque fue consciente de que vivía una transformación profunda de la estructura social mallorquina, con el paso de un mundo rural al turístico».
De la misma manera, Pons resalta la «gran curiosidad intelectual» de Frontera, que siempre fue «un gran lector y amante de las artes plásticas y de la música», algo que le ha llevado a ser «especialista en varios ámbitos, como promotor de actividades». Por último, subraya que ha sido «un cronista excepcional de lo que ha sido la Mallorca de los últimos 60 y 70 años» y también un «activista cultural» en diferentes iniciativas, como la Gran Enciclopèdia de Mallorca, como comisario de exposiciones o promotor de fundaciones y ciclos de conciertos. Y, puntualiza, es algo que ha llevado a cabo con «una continuidad considerable». «Su labor cultural va más allá del escritor en sentido estricto y es algo que no olvidamos en este libro», concluye.
Por su parte, Frontera recibe el homenaje «agradecido». Echando la vista atrás, se siente «afortunado», aunque lamenta que, en el terreno político, «pensaba que algunas cosas se habían solidificado mejor, pero luego ves que en las elecciones se puede ir todo al garete, así que no habíamos avanzado tanto». En cambio, en el panorama cultural se muestra más optimista: «Han salido escritores nuevos muy buenos y eso, cuando te haces mayor, es una alegría enorme».