La ya exdirectora de Es Baluard Museu d'Art Contemporani, Imma Prieto, ha detallado este miércoles en rueda de prensa las propuestas de este centro para la Nit de l'Art, que se celebra este sábado 23 para la Nit de l'Art. Estas propuestas consisten en la exposición Dora García. Romeos, luchadorxs e insecto, comisariada por Pilar Rubí y, por otra parte, la muestra conjunta de Carles Congost y Jeremy Deller titulada Music as a Foreign Language, comisariada por Tolo Cañellas. Ambas se inauguran este jueves 21 a las 19.00 horas.
Rubí ha detallado que la obra de Dora García (Valladolid, 1965) se «activará» a partir de performances y constituye una «síntesis» de las prácticas artísticas de la creadora a partir de cuatro proyectos -Si pudiera desear algo, Los Romeos, Luchadorxs y The Bug- en los que explora «mecanismos de relación entre artista, obra y público y que también condiciona el significado de las propias obras».
En este sentido, García ha recalcado que lo que une esos cuatro proyectos es «el deseo como instrumento político». Asimismo, ha puntualizado que dos de las obras, «El Bicho y Romeos, funcionan como piezas expuestas que a la vez son instrucciones para los performers».
Sobre Si pudiera desear algo, que pertenece a la serie Frases de oro, García ha explicado que consiste en una veintena de frases que se van actualizando cada dos o tres años, desde 2002 hasta este mismo 2023 y que parten del deseo como instrumento político. En cuanto a Luchadorxs, de la serie Posters, es una instalación de 18 carteles realizados con fotografías y consignas de la lucha feminista que reflejan «la decepción constante por los diferentes movimientos de las mujeres». En este último apartado se incluyen tres instantáneas de Pere Bota, fotógrafo de Ultima Hora.
Mientras, Los Romeos se compone de una parte gráfica, un póster, que a la vez funciona como una guía de instrucciones para los performers que activarán la pieza, una acción que García ideó en 2008, pero que también se va actualizando y adaptando a cada espacio, en este caso a Es Baluard. «La característica de esta performance es que funciona solamente a partir de la consciencia de que es una performance, de que se te puede acercar un hombre joven atractivo y sabes que es una acción. La cuestión es si lo rechazas porque consideras que no es auténtico o lo aceptas porque está siendo amable», ha señalado.
Finalmente, The Bug consiste en una serie de nueve paneles a modo de pizarras, dibujados por ambas caras, que representan una línea temporal que va desde 1905 hasta la actualidad e incluso el futuro concebido dentro de 50 años. Tal y como ha recalcado la artista, es un proyecto colectivo, por lo que esa línea temporal es «muy subjetiva». «Se plantea a los participantes que imaginen que un revolucionario soviético despierta después de 50 años de sueño al que tienen que explicarle cómo es el mundo actual». En este caso, la pieza tendrá sucesivas activaciones durante la segunda semana del mes de noviembre a través de un programa específico de performances.
Como parte de la exposición, se proyectará la película Amor rojo, basada en la figura histórica de Alexandra Kollontai, activista feminista, marxista y revolucionaria soviética.
En cuanto a la muestra Music as a Foreign Language, Tolo Cañellas junta a dos artistas muy diferentes, que de hecho ni se conocían personalmente antes de este proyecto, a partir del vínculo musical. El punto de partida, ha detallado, son dos obras calve en la trayectoria de cada uno: por una parte, el proyecto videográfico Abans de la casa / Un biopic inestable a través del sonido Sabadell, de Carles Congost (Olot, 1970), y por otra, la masterclass Everybody in the Place: An Incomplete History of Britain 1984-1992, de Jeremy Deller (Londres, 1966).
De hecho, el texto de sala consiste en una playlist, que el espectador podrá escuchar a través de un código QR que remite a YouTube. La muestra, que no es lineal, está construida «por capas» e invita al espectador a «dejarse llevar a partir de temáticas diferentes como la política o la música, pero siempre con humor e ironía». Se trata, pues, de una inmersión experiencial que entrelaza dos mundos para crear uno solo, que bebe de la cultura de club, la pop o las diferentes subculturas juveniles.