El cineasta estadounidense Richard Linklater acostumbra a experimentar en sus obras y este martes lo ha vuelto a hacer en el Festival de Venecia con Hit Man, la comedia criminal de un soplón de la policía perdido entre sus múltiples identidades. «Normalmente veo las cosas en términos de comedia negra. Leo una historia de asesinos y veo su potencial gracioso, aunque sea algo serio», ha explicado el director en la rueda de prensa de presentación.
Hit Man, historia basada en una noticia real y estrenada fuera de concurso en la Mostra, retuerce los géneros de comedia, noir y thriller psicológico para meter al espectador en un laberinto de espejos y, de paso, hacerle reír. Gary Johnson (Glen Powell) parece un anodino profesor de filosofía cualquiera, sin más empeños que sus alumnos y sus gatos, sin embargo, su currículum tiene un reverso oculto: trabaja para la policía haciéndose pasar por sicario para cazar a sus clientes.
Así, el profesor, dotado de una impecable habilidad para adoptar cualquier personalidad, logra mandar cada día a la cárcel a quienes recurren a los asesinos a sueldo para deshacerse de sus enemigos... pero su poder flaquea al conocer a Madison (Adria Arjona). Esta esposa despechada acaba enamorada de una de las personalidades del soplón, que no es el profesor Johnson sino el apasionado y sexy Ron.
Telaraña
De este modo, arranca una enrevesada telaraña tejida sobre ideas como la moral, la identidad o la apariencia en la que la apuesta a pagar no deja de ascender con consecuencias imprevisibles. «Quería hacer algo que no se hubiera hecho sobre la identidad y mostrar a un protagonista atrapado en su propio personaje. Me parece que refleja el mundo de este siglo en el que nos cuestionamos la identidad y donde hay muchas oportunidades», sostuvo Linklater. Pero el director de Antes del amanecer o Boyhood (2014) también juega con el tema de las noticias falsas, tan en boga en la actualidad, y de hecho Hit Man está inspirada en una crónica que leyó hace dos décadas en el periódico Texas Monthly.
En resumidas cuentas, Hit Man es un tronchante laberinto de intenciones edificado en una variedad de narrativas: «Cuando lo escribía me percaté de que el mundo era demasiado complejo para un solo género, aunque esta obra me parecía una comedia loca», ha concluido el cineasta.