El juez, profesor de universidad, ponente y columnista en varios medios de comunicación, José María Asencio (Alicante, 1988) ha publicado En busca de la irrealidad, que se trata de su debut en el mundo de la literatura. Una obra que reivindica la importancia de los barrios, el amor por la libertad, el libre pensamiento y que hace una reflexión en un mundo carente de ella.
El proceso creativo fue «largo» y empezó a través de un «sueño». El autor explica que la narración se va formando «a partir de un conjunto de hechos reales, que en un principio son las vivencias del protagonista, junto con sucesos irreales, es decir, lo que proviene de la imaginación». Además, así como asegura el escritor «gracias a la literatura y mi pasión por la escritura y la lectura, libero tensiones».
En la obra también se habla del «amor por la belleza» o «el arte», que son algunas de las cosas que más aprecia Asencio. Para su alegría «el libro está teniendo mucho éxito, aunque este se publicara hace dos años y medio, pues hubo muchas restricciones por la pandemia y no pude presentarlo como era debido». Las próximas presentaciones serán en Lima (Perú), Tenerife y Gran Canaria.
Nuevos comienzos
En busca de la irrealidad es la primera obra del escritor, sin embargo ya está trabajando en su próximo libro, una especie de mezcla entre «ensayo y novela», donde la «música» cobra la entidad de protagonista.
«Sin música no podría haber historia», apostilla Asencio, y es que su novela debut también cuenta con un formato de audiolibro (gratuito) que está narrado por Juan Manuel García, un célebre actor de doblaje que se dedica a combinar las melodías con la literatura. En este caso, el actor va narrando la historia que se va introduciendo con ritmos que en esos momentos tienen sentido con lo que sucede en la historia. «La música es crucial, lo es todo para mí junto con la literatura», apostilla el artista.
«Escribir es una necesidad, debo hacerlo todos los días, si no lo hago no puedo estar tranquilo», revela el también juez, que alega que necesita abstraerse de la realidad a partir de «pequeños placeres cotidianos». Por otra parte comenta que «un juez no puede estar alejado y distante de lo que sucede en el mundo, deben ser personas abiertas a la sociedad, que sientan los cambios sociales».
Según Asencio y así como dijo el escritor Juan Manuel de Prada: «En literatura todo lo que no es autobiografía es plagio». Entonces, el juez se siente identificado con todos los personajes, pero sobre todo con «aquel que narra la historia, Manuel, donde descargo todo mi ser». El autor vivió durante muchos años en el Raval (Barcelona), donde también vive el protagonista, pues «para escribir hay que conocer, así quién escribe sin conocer comete fallos garrafales». «Desde luego no es una novela autobiográfica, pero sí que se podría hablar de una especie de alter ego», concluye José María Asencio, el autor de En busca de la irrealidad.