Jesús Valdés ‘Chuchito', hijo de Chucho Valdés y nieto de Bebo Valdés, es la tercera generación de la familia de pianistas más distinguida de Cuba. Con la música clásica y el jazz ha ido creando su propia carrera musical, publicando diez discos y estando nominado siete veces a los Latin Grammys.
Estas semanas protagonizará una gira maratoniana por diferentes escenarios de la Isla de la mano del Festival Internacional de Música de Deià. Mañana, a las 20.30 horas, actuará en Son Marroig –las entradas ya están agotadas–; este jueves, en las Bodegas Tianna Negre a las 19.30 horas; el viernes, a las 21.00, en la Fundació Bartolomé March de Palma; el sábado 1 de julio a las 20.30 en el Claustre de Sant Francesc en Sineu y el 7 de julio a las 20.30 en la Torre de Canyamel.
Descendiente de artistas musicales, Valdés no ha sentido la presión de introducirse en el mundillo. «Nunca nadie me obligó a ser músico, todo fue un proceso natural, donde Dios me dio ese don», asegura. La única responsabilidad que el compositor ha tenido se remarca en su cabeza con una frase que le dijo su abuelo: «Si vas a hacerlo, vas a hacerlo bien». Con la edad, el pianista compaginaba tocar con jugar al béisbol, que eran sus dos pasiones cuando tenía doce años. «Desde los siete u ocho años mi madre sabía que yo iba a tocar el piano, pero yo nunca pensé que podría dedicarme a ello de manera profesional. La vida se dio así», cuenta.
«Sin la música clásica no hay nada, para nosotros los pianistas es muy importante, ya que en ella está todo», aclara Valdés. Dentro de sus influencias se encuentra la música cubana, el jazz o la contradanza, entre los que destaca a su propio abuelo, Bebo Valdés, pero también a Lilí Martínez y Oscar Peterson, cuyas carreras no ha perdido de vista a lo largo de los años.
«Mi estilo musical está basado en la técnica clásica y en la música cubana y ha ido avanzando a la par que mi nivel técnico», sentencia. A pesar de tener un alto nivel de destreza musical, Valdés sigue estudiando todos los días, haciendo que su concepción de la música también evolucione.
Haciendo mención a las musas de los artistas, Valdés explica que primero le viene la inspiración y, en vez de escribirla en papel, idea la melodía y la letra tocando en el piano. Luego, lo analiza hasta que lo da por terminado. A pesar de tener canciones muy distintas, deja claro que todas reflejan una cosa la alegría, pues para él «la música debe llevar un mensaje positivo siempre».
Con una extensa carrera musical, el pianista agradece haber podido dedicarse a ello, «destaco todo de ella, el sacrificio de estudiar, de la familia, el ir mejorando a medida que pasan los años, todo».