«Un llamamiento a observar más la naturaleza, escucharla y sentirse parte de ella para darnos cuenta de que todo está relacionado», así describe la artista Glenda León (La Habana, Cuba, 1976) su nueva exposición, la cual se inaugurará el 21 de junio a las 19.00 horas. La Fundació Miró recogerá Cada forma és una forma del temps, el último proyecto de la autora y que se podrá ver hasta el próximo 29 de octubre. Compuesta por cinco grupos de piezas, León quiere demostrar al público que «estamos rodeados de arte».
La primera parte de la muestra se compone por Cada forma del temps. «En 2001 hice mis primeros dibujos con pelo y, como me recordaban a tres obras de Joan Miró, decidí empezar con tres cuadros suyos y los míos al lado», recuerda la artista.
Su propuesta continúa con 14 grabados elaborados en la Isla, con el nombre de Cada so és una forma del temps, creados a partir de trazos de diversos fenómenos de la naturaleza. La tercera parte, titulada Miratge: Història oculta del mirall trencat, consiste en un espejo roto cuyas grietas son la misma forma que la rama de un árbol.
«Recordando una de mis obras favoritas de Miró creé Contorns del món», explica. Esta se compone por ocho serigrafías que, según la autora, «son los patrones que deja el entorno, ya sean los bordes de las montañas, la trayectoria de un huracán, el contorno de una nube, las venas o los ríos, cosas con dimensiones distintas que fueron creadas con las mismas energías». Por último, el espectador se encontrará con Somni concret de Miró, una escultura de unos 30 centímetros hecha de cemento, inspirada también en una de sus obras.
«Todo esto es parte de la observación de la naturaleza y de encontrar patrones que se repiten, que fue lo que hizo Benoît Mandelbrot antes de descubrir la teoría de los fractales», sentencia. De esta manera, Miró y el matemático Mandelbrot han sido dos de las fuentes de inspiración de León, dos personajes muy distintos pero que, sin embargo, están muy relacionados con la naturaleza, eje central de la muestra.
«Esta obra está basada en experiencias personales espirituales, donde dejas de ser tú y te disuelves en lo que te rodea, que es básicamente la naturaleza», admite. El arte es muy subjetivo, el público interpreta la obra en concordancia con sus experiencias personales, igual que los artistas al crearlas. León, con su obra, quiere transmitir la capacidad de las personas en hacer esculturas, dibujos o formas en el día a día. «Todos hacemos arte de manera inconsciente», asegura.