Vetusta Morla luce en letras mayúsculas en el cartel del Mallorca Live Festival, una cita que regresa con energías renovadas y la misma voluntad interdisciplinar del 18 al 20 de mayo a Calvià. El recinto del antiguo Aquapark acogerá al sexteto, una de las referencias indiscutibles del indie estatal, que llega inmerso en la gira de presentación de su último disco Cable a Tierra (2021). Un proyecto que ha girado con rotunda aceptación por los escenarios de este y el otro extremo del charco. León Benavente, otra de las grandes luminarias del indie español, compartirá cartel con los madrileños en la jornada inaugural del festival. Por su parte, otra banda esencial del rock alternativo, Viva Suecia, dejará su impronta en la jornada de clausura.
La historia de Vetusta Morla es excepcional: tras una década en el local de ensayo decidieron publicar sin el sostén de un agente, padrino ni sello. Pero fue abandonar la madriguera y abrazarse al éxito. Desde entonces no hay festival que no requiera los servicios del que fuera distinguido como grupo revelación en 2008 por Un día en el mundo, un éxito sin precedentes que aunó crítica y público mediante un compendio de himnos de corazón incendiado. Su éxito tiene mucho que ver con la disciplina y el orden, pero también con el talento, la suerte y la predestinación astral, aquello de estar en el lugar oportuno en el instante preciso. Entre sus logros, figura el hito de ser la primera banda española de su género en reunir a 38.000 personas en un concierto propio.
Leon Benavente nació en 2012 tras la unión de cuatro músicos curtidos en bandas independientes. Ese mismo año, Abraham Boba, Eduardo Baos, Luis Rodríguez y César Verdú publicaban su primer LP, de título homónimo, hogar de joyas como Ánimo valiente y Ser Brigada. Como 091 o Los Planetas, son depositarios de una forma de entender el rock próxima al romanticismo urbano, generador de estribillos catárticos que invitan a ser coreados. Era (2022) es su última referencia de estudio, un álbum donde las guitarras dejan paso a los sonidos industriales.
Tomaron su nombre de la autovía –con récord de accidentes– que une León con Benavente. Y casi igual de inquietante que esa ruta son las letras de su cuarto disco, donde no le cantan a la alegría, sino al desconcierto de la madurez, poniendo un foco obsesivo en la nostalgia por lo irrecuperable, la autoflagelación y los caminos errados que separan lo que fue de lo que pudo ser. Aciertan de pleno con su nueva sonoridad, y no puede decirse que nos coja de sorpresa pues en su anterior disco ya se vislumbraba su futura directriz musical, reflejada en los primeros Depeche Mode. Con poco más de una década de vida, León Benavente disfruta de un envidiable posicionamiento, suenan más descarados que nunca, con letras que parecen proyectiles disparados a bocajarro, con los que renuevan sus postulados sin perder credibilidad.
Es fácil imaginarles en la ‘furgo' camino del siguiente bolo, escuchando a Jesus & Mary Chain, Ride o Spiritualized, mentores espirituales en sus inicios. Pero, ¿quiénes son a día de hoy las influencias que se reflejan en Viva Suecia? ‘Desde The National hasta Placebo y Los Planetas', contestaba Jess Fabric, bajista de Viva Suecia, en una entrevista concedida a este medio. Ya ven que sus referentes, los de entonces y los de ahora, no son bandas de imberbes jovencitos, precisamente. Quizá por eso El amor de la clase que sea (2022) suena tan coherente como lo que escuchan. Un disco habitado por canciones que hablan sobre rupturas y desamor, sobre esperanza y segundas oportunidades. Sobre lo que viene siendo la vida…