La obra de Miró sigue viajando por el mundo; su nueva parada es el Museo Archeologico Regionale del Valle de Aosta, en Italia. Allí se exhibe desde este viernes la exposición Joan Miró. Es cuando duermo que veo claro, comisariada por Pep Camps Codina y Josep Massot y que surge de la voluntad de mostrar la vertiente más combativa del artista. La Fundació Pilar i Joan Miró a Mallorca ha prestado diez obras de su colección para esta muestra retrospectiva.
La exposición se sumerge en un Miró que muestra una gran sensibilidad con los tiempos convulsos que le toca vivir y es a partir de ahí que entabla una relación dialéctica con su contexto histórico y social. Una actitud contestataria, elaborada desde el trabajo, lejos de cámaras y afiliaciones políticas. Un compromiso social y cívico que le acompaña a lo largo de la vida y que se manifiesta en su obra.
Una idea que se acerca a la crónica, como modo de relato, para hacer referencia a la yuxtaposición de su obra con fotografías de autores como Joaquim Gomis, Francesc Català-Roca y Pere Portabella, que permiten indagar em la figura de Miró en tercera persona, de forma íntima y cercana al artista y sus ideales.
De esta forma, obra mironiana, fotografías, filmaciones y documentación se complementan en un recorrido que intenta investigar la revolución personal del artista, siempre comprometido con su época. Entre los expertos invitados a escribir los textos y dar conferencias se encuentran: Rosa Maria Malet, Robert Lubar, Vicens Altaió, Pep Rigol, Esteban Riambau, Cristian Cirici, Joan Baixas y Daria Jorioz, con la idea de conformar un equipo curatorial que aporte una mirada plural sobre el tema.