Balancear a Spider-Man con sus telarañas en Spider-Man: Un nuevo universo. Apuntar y disparar a un enemigo con un enorme cañón portado por un mapache con mala leche en Guardianes de la Galaxia. O surcar los mares en búsqueda de un mítico ser en El monstruo marino. Hacer posible estas aventuras, accesibles a todos gracias al cine, es parte del trabajo de Juanmi Vadell, un animador mallorquín que durante casi una década ha sido uno de los partícipes de algunas de las películas más taquilleras y rompedoras de los últimos años.
Vadell, que ha vuelto a instalarse en la Isla tras prácticamente una década viviendo en Canadá (sus hijos, de hecho, nacieron allí y tienen doble nacionalidad), explica que siempre le ha gustado «el tema de los dibujos y de la animación». No obstante le ocurrió la clásica historia de sus compañeros de gremio: «No tenía ni idea de que me podía dedicar a esto porque hace 30 años nadie en mi familia ni mi entorno sabía nada del tema». Acabó estudiando Telecomunicaciones, pero la experiencia laboral y de becario «fue tan mala que se me quitaron las ganas de terminar la carrera».
Fue ahí cuando tuvo lugar el giro vital para él al descubrir el MA ISCA, el primer máster de animación 3D de Europa que arrancó en el 88 con la unidad de Animación y Tecnologías Audiovisuales de la UIB (LADAT). «Rechacé un trabajo en Red Eléctrica Española para endeudarme para hacer ese máster y empezar mi carrera en animación», confiesa con la sonrisa de saber que fue la decisión correcta.
Arrancó así su andadura en el mundo del cine, poco a poco, pero de manera gradual ascendente en Kandor Graphics, donde trabajó en La dama y la muerte, un corto español que contó con producción de Antonio Banderas y fue nominado a un Oscar en 2010. «No ganamos, pero lo pasamos genial y además fuimos invitados a la casa de Antonio Banderas y Melanie Griffith».
Fue entonces cuando sonó el teléfono con una propuesta irrechazable: «Sony me propuso trabajar en Los Pitufos 2 y me fui para Vancouver». Junto a Disney y Pixar, Sony forma esa liga de lo más alto a lo que se puede aspirar en el gremio, y ahí que se marchó. No obstante fue una primera toma de contacto que duró unos meses a los que siguió un traslado a Londres para trabajar para Framestore, una de las empresas británicas punteras en este mundillo. Allí animó a Rocket y Groot, de Guardianes de la Galaxia, una experiencia de «seis meses que se ve en tres segundos», comenta divertido Vadell.
Tras ello volvió a Sony y a Vancouver para participar en varias cintas: Hotel Transilvania 2, Alicia a través del espejo, de Tim Burton o Emoji: La Película, pero el verdadero antes y después en su carrera –y en el mundo de la animación– llegaría con Spider-Man: Un nuevo universo, la cinta que le haría ganar un Oscar junto a todo el equipo y que «es la que mayor impacto ha tenido en mi carrera».
La película dirigida por Bob Persichetti, Peter Ramsey y Rodney Rothman, ganó prácticamente todos los premios a los que optó y en ella Vadell animó a algunos de los personajes más importantes como Miles Morales, Peter B. Parker o Gwen Stacy. «Se generaron técnicas novedosas que crearon un estilo arriesgado del que están bebiendo otros estudios ahora». Dicho de otra manera, abrió un nuevo camino en el mundo de la animación. «Era un riesgo, pero lo disfrutamos» y rememora que la palabra más utilizada en el proceso fue «cool».
«Tuve la suerte de que confiaran en mí a nivel de acting», o sea que trabajó las expresiones de los personajes cuando no están enfundados en sus trajes. «Disfruté mucho de Peter B. Parker, ese Spider-Man cuarentón y con barriguilla. Por alguna razón me sentí identificado», bromea Vadell.
El ritmo de trabajo, no obstante, fue tan frenético que al acabar la cinta necesitó un descanso y comenzó a plantearse regresar a Mallorca y buscar otro lugar de trabajo para compaginar mejor con su vida. Ello se vio acelerado con la pandemia, que le alejó dos años de la Isla en los que el teletrabajo se impuso impidiéndole volver a los estudios de manera física. Empezó una búsqueda en la que, «por primera vez, me dejaban poner condiciones a mí», a raíz de los años trabajados en Sony.
Tras un tanteo con Pixar para la cinta Lightyear, sobre el personaje de Buzz Lightyear de Toy Story, Vadell entró en el mundo de los videojuegos de la mano de Sony PlayStation, «hermana de Sony Pictures, pero dos mundos paralelos que no se hablan entre sí». Allí trabajó en el departamento de mocap (captación de movimiento) de uno de los títulos más exitosos del año pasado, God of War: Ragnarok, un gusanillo que le acabó gustando porque ahora, ya reinstalado en su Mallorca natal, trabaja con Moon Studios, un «estudio de videojuegos muy indie con sede en Austria». «Son bastante precursores y están con un ARPG (videojuego de rol de acción) que puede ser un bombazo».