«Lo que creemos recordar como verdadero suele coincidir con lo que nos es conveniente creer en cada momento», afirma el narrador de Ronson, el debut en largo de César Sebastián (Valencia, 1988) y que acaba de editar el sello mallorquín independiente Autsaider Còmics, regentado por Ata Lassalle. Con esta novedad bajo el brazo, Lassalle participa este fin de semana en Còmic Barcelona –antes Saló Internacional del Còmic–, además de con lo que el editor llama su «talismán», el ganador del Premio Nacional de Cómic en 2018: Magius y su Primavera para Madrid.
Ronson es, efectivamente, una novela gráfica con aires de álbum familiar, por su contenido y por su presentación; desde los recuerdos que nutren y articulan el relato hasta el troquelado en los cantos de las páginas. Unos recuerdos que el padre del autor, compartió durante años con él y que también retratan una España hostil y ahora vacíada y que, sin embargo, ofreció también momentos de felicidad a su protagonista.
«La génesis está en las historias que mi padre me contaba sobre su infancia en Sinarcas, un pueblo de interior de Valencia. Nunca hubo pudor, sino que era muy locuaz. Eran como ejercicios de memoria, aunque yo nunca pensé en hacer un cómic de todo eso. Con el tiempo surgió la idea, pero lo iba posponiendo porque me sentía intimidado, hasta que Ata me propuso publicar algo y decidí que el momento había llegado», detalla Sebastián. «Creo que nuestra generación es muy tajante a la hora de juzgar el pasado. Tenemos una visión muy presentista, desde el privilegio de haber sido educados en otra moral y en un mundo más avanzado en algunos aspectos», añade. Sobre la afirmación inicial, de esta supuesta memoria caprichosa, Sebastián señala que «lo que hacemos es reinterpretar continuamente la memoria personal y la histórica, siempre en función de la visión que tenemos en ese momento».
Asimismo, la novela, apunta el autor, también es un alegato a favor de la memoria que, en una España vacía, está condenada a desaparecer, al olvido. «Me crié en un pueblo similar al de Ronson, en el que cada semana se registran muchas defunciones y pocos nacimientos. La muerte definitiva es el olvido y la memoria es algo frágil si no hay nadie para preservarla», concluye.
Por su parte, el editor destaca que es una obra de una «sensibilidad especial», «un libro de recuerdos que se mueve entre lo documental y lo lírico y, a la vez, cuenta con partes más descarnadas y bestias». Además, Lassalle afirma que es una creación «sorprendentemente madura». De hecho, asegura, «cuando lo presentamos en Valencia todo el mundo nos decía que parecía que Sebastián llevara dibujando 40 años, por haber llegado a esa visión del sentido de la vida».
Después de pasar por Còmic Barcelona, habrá presentaciones en Alicante y, «quién sabe» si también en Palma y Madrid. En todo caso, Lassalle declara que «juego en mi galaxia particular, sacamos media docenas de libros al año, cuando podemos; no tengo en cuenta las fechas como Còmic Barcelona o Sant Jordi. En este caso, simplemente ha coincidido que es una publicación reciente. La filosofía es que intento publicar libros especiales que interesen más allá de una fecha concreta».