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Mercè Pons concibe para la Orquestra Simfònica un «mar de sonoridades» con ‘Revelacions'

El repertorio se nutre de un homenaje a Clara Schumann y una pieza de Florence Price

La compositora Mercè Pons, autora de 'Revelacions'. | Pere Bota

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La Orquestra Simfònica de les Illes Balears (OSIB), dirigida por Pablo Mielgo, estrena este jueves la nueva obra de la compositora Mercè Pons, Revelacions. La cita será a las 20.00 horas en el Auditòrium de Palma y contará con la participación de la soprano Lisa Larsson. Además, el repertorio se nutre de un homenaje a Clara Schumann y una pieza de Florence Price. Ellas, pues, serán las protagonistas del recital, que lleva por título Elles, en una clara declaración a favor de la igualdad.

No es la primera vez que la Simfònica encarga una partitura a Pons, algo que ya ha hecho en tres ocasiones. La idea, cuenta la autora, surgió cuando Pere Malondra, gerente de la OSIB, asistió el pasado 20 de marzo al estreno de su cantata Thálamos, que tenía como punto de partida el texto poético homónimo de Víctor Gayà y que interpretó Studium Aureum.

«Me encanta que me ofrezcan toda la paleta orquestal porque me permite hacer mezclas tímbricas y precisamente es lo que más me gusta. En esta obra hay una tímbrica bastante cuidada, muy sutil a veces, y, cuando se junta todo, la sonoridad se abre en una plenitud», detalla.

Revelacions, según aclara, hace referencia a las «confidencias», a los «descubrimientos secretos». Aquí traslado las confidencias sensoriales, basadas en música de timbres, que consiste en «coger diferentes instrumentos, combinándolos con el fin de crear una sonoridad conjunta».

«Por ejemplo, si tenemos una flauta y una arpa, juntas generan una tímbrica diferente y, como son confidencias, las tímbricas son muy sutiles, pianísimas y muy transparentes. Las he concebido como preparaciones para las revelaciones que van descubriéndose. En total hay cuatro y casi todas tienen esa parte preparatoria al principio», aclara.

Así las cosas, Pons imagina la partitura como «una navegación por las olas o las ondas, por un mar de sonoridad». En ese sentido, pues, también se inspira en una reflexión sobre el sonido. «Cuando se emite un sonido podemos tener eco, resonancia y reverberación. El eco se produce cuando el sonido choca con un obstáculo lejano y, acto seguido, regresa. En cambio, la resonancia tiene lugar cuando el objeto con el que choca no está tan lejos y, antes de que termine, regresa, produciéndose un solapamiento. Finalmente, la reverberación se da cuando tenemos varios elementos en los que choca, por ejemplo en una iglesia», explica. Todo ello crea una atmósfera envolvente a la que, insiste Pons, se va entrando poco a poco, sin sobresaltos. «Parece que no pasa nada, pero en realidad suceden bastantes cosas. Los elementos se van hilando hasta que llegan las revelaciones», afirma.

Proceso

En cuanto al proceso de creación, Pons señala que «lo primero de todo es pensar en para quién escribo, pues no es lo mismo componer para piano o cuarteto de cuerda». «Cuando tengo claro eso, hay que reflexionar sobre lo que quiero decir. En este caso, me propuse ofrecer un mundo espectacular de sonoridades, de revelaciones. Después llega un proceso muy complicado: conseguir plasmar y transmitir todo lo que tengo en la cabeza a la partitura», destaca.

«Además, te enfrentas a una partitura, a un papel en blanco y lo haces sola. Es el único arte que depende de la interpretación. Los músicos, la orquesta, tiene que estar de mi parte, porque es muy complicado transmitir lo que una quiere si no cuenta con el apoyo de los intérpretes», concluye la compositora.

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