Los investigadores Eduard Moyà y Pere Lacomba, a través de la Fundació Robert Graves, presentaron ayer en el Centre Cultural La Misericòrdia de Palma la exposición Una estranya a la festa. Trobades amb Robert Graves, en la que se podrán ver hasta el próximo 9 de enero varias fotografías inéditas del ámbito doméstico del importante escritor afincado en Deià. Como dice Moyà, es «como si fuéramos a su casa a ver un álbum de fotos y nos contara algunas historias». Todo nació a raíz de bucear en el archivo fotográfico de Casa Planas cuando ambos investigadores dieron con unas instantáneas de lo que parecía una fiesta dada por el propio Graves en su finca de Ca n'Alluny, donde solía celebrar sus aniversarios así como otros acontecimientos en un entorno festivo. La exposición, pues, refleja esta faceta personal, íntima y cotidiana del artista a través no solo de fotografías, sino también de entrevistas y la investigación epistolar.
«Es una manera de hacer una lectura personal, de volver a la persona para dejar de lado la óptica mallorquina sobre Graves, que está un poco anquilosada», detalla Moyà quien declara que el objetivo principal, además de permitir acceder a un ambiente mucho más hogareño del autor de Yo, Claudio, es «desmitificar» es afigura algo mágica del «poeta que vive en las montañas». Todo ello en algo que, de alguna manera, entronca con el contexto pospandémico de una manera ideal: «Es como una celebración de la vida porque tras el confinamiento todo era virtual, muy impersonal, y se echaban en falta estos actos en los que la gente pueda cambiar ideas personalmente y eso es justo lo que era Ca n'Alluny», relata el investigador.
De hecho, la idea del título de la exposición proviene de un poema del propio Graves que hace mención a «una musa extranjero que llegó a una de sus fiestas y que dejó a todos los que no la conocían ensimismados con ella, pero luego desaparece y nadie se había lanzado a hablarle». Ahora, gracias a la exposición, los visitantes pueden de alguna manera adentrarse a una de estas fiestas. Así pues, la muestra se compone de una docena de fotografías, de las cuales «más o menos el 70 % son inéditas», mientras que las restantes son «muy conocidas» sobre la figura del escritor, realizadas por autores de renombre, «grandes artistas que le fotografiaron».
Y también sirve todo el resultado para poner de relieve que «su figura, su universo, es inabarcable», ya que hay todavía un total de 10.000 cartas que no se han estudiado todavía llenas de información posiblemente relevante no solo sobre la figura de Graves, sino sobre otros aspectos como la literatura o la Mallorca de la época. Para Moyà, de hecho, «parece como si el propio Graves dejara todo esto como una especie de juego para que nos entretuviéramos los investigadores ahora». Una partida que parece lejos de finalizar.