Los desnudos imperfectos y bellíssimos, la crítica al postureo de las redes sociales y al abuso de la tecnología sustentan De ente et essentia, la primera exposición individual en Madrid de la artista Ela Fidalgo (Palma, 1993) que inauguró el jueves y puede verse hasta este domingo en el Espacio Jorge Juan 137. De la mano de La Bibi Gallery, dirigida por Marc Bibiloni y Miquel Campins, Fidalgo despliega todo su poderío creativo en una vieja nave industrial del barrio de Salamanca. Una muestra de carácter, con fondo filosófico, que también podrá contemplarse en Mallorca a partir del 18 de octubre.
Si en la pasada feria de Urvanity la creadora jugaba con la figura de Narciso y el ansia actual por alcanzar la imagen ideal, mejorada por filtros y falsas posturas en las redes, en esta ocasión el eje de De ente et essentia es el «transhumanismo». «Durante ocho meses he trabajado en este proyecto sobre el transhumanismo y posthumanismo, en el intento del ser humano en ser perfecto, como una máquina, usando la tecnología.He llegado a la conclusión de que hay que conocerse y aceptarse para evitar traumas posteriores de inseguridad e inestabilidad», señala Fidalgo.
«En su anterior propuesta buceaba en el miedo a ahogarse en el narcisismo, pero en este ocasión exhibe el miedo al transhumanismo, a que el ser humano acabe convertido en una máquina», asegura Marc Bibiloni. «A la vez, la artista estudia la anatomía, los cuerpos imperfectos que resultan ser bellísimos», manifiesta. En las piezas de gran formato, y en su primera escultura, llamada La Gordita, Fidalgo, que obtuvo premios en la Mercedes Benz Fashion Week y en Urvanity, utiliza el tul y la técnica del patchwork a modo de las capas de cebolla que componen la personalidad humana.