La filósofa y pensadora estadounidense Judith Butler ofreció este martes la conferencia, Gender in Translation:Moving among Worlds, y participó en un breve debate posterior en Es Baluard Museu d'Art Contemporani de Palma en la que versó sobre la idea del género, concepto que ella misma ayudó a explorar a través de sus estudios durante décadas, y analizó algunos de los posicionamientos contrarios a las identidades no binarias y el movimiento LGTBIQ. A su vez, Butler comentó algunos otros aspectos de la actualidad, como la invasión de Rusia a Ucrania.
La filósofa, que debía asistir a Palma el pasado mes de abril para conceder esta conferencia, finalmente llevó a cabo su actuación con una conexión online en el Aljub ante un auditorio al que asistieron más de 50 personas. La participación de Butler se enmarca en el programa Zona de Contacto y, más concretamente, en el módulo Femiminismos, las otras inapropiables con el objetivo de pensar «la contemporaneidad», según explicó la directora del museo ImmaPrieto.
Fue Prieto, precisamente, la que hizo de intermediaria al comienzo del evento con Butler quien tras algunos problemas técnicos tanto suyos como de la conexión del centro, finalmente pudo llevar a cabo su intervención. En la misma, Butler realizó un recorrido sobre cómo el concepto del género ha despertado una oleada de «opositores» que en realidad no llevan a cabo una «lectura crítica» del término, sino que luchan más bien un «concepto fantasmagórico» que es «una ilusión que representa alguna forma de poder».
Por ello, Butler describió esta situación de aquellos mal llamado críticos de los estudios de género, entre los que incluyó a Vox, y detalló que no llevan a cabo siquiera una lectura crítica de los planteamientos que ella misma defiende ya que «para muchos de ellos se trata de un concepto casi totalitario, adoctrinador, y diabólico ante lo que es mejor no debatir porque, para ellos, dialogar con el diablo es entrar en su juego», puntualizó Butler.
Acuerdos
Ante dicha circunstancia, la filósofa reflexionó ante la imposibilidad de «llegar a ningún acuerdo si no coincidimos ni siquiera en los términos, ni se acepta la idea misma del estudio de género o la existencia de algunas personas tal y como estas se sienten», razón por la cual hizo una defensa de la «lectura crítica», en cualquier campo y denunció que el concepto de género que sus detractores atacan es irreal y se compone de una «fantasmagórica» construcción. En este sentido, puso ejemplos como la manera en que los papas Benedicto XVI y Francisco, se han referido al género y las identidades no binarias con «preocupación» por ser un ataque a «los valores integrales de la familia» y retirarle aDios su «poder creativo». Ante esto, Butler señaló el «enorme poder de destrucción que se asocia al género por parte de quienes se le oponen». Tampoco quiso perder la oportunidad de comentar la justificación ideológica que Putin ha llevado a cabo en los últimos años y que ha desembocado en la invasión de Ucrania: «El género no es una causa de la guerra, pero sí una parte de la justificación fantasmagórica que Rusia ha creado ante las supuestas amenazas que vienen de fuera de sus fronteras para poner en jaque la identidad rusa».
Antes de pasar al turno de preguntas, Butler remató su intervención con una lapidaria reflexión: «Tenemos que aprender a luchar contra este fantasma que algunos identifican con el género antes de que nos trague y quite el futuro». Ya en el debate posterior explicó que hace frente a la violencia «contestándola» a través de sus escritos y animó a «expandir» los límites del feminismo para poder «aceptar a quienes no encajan en la normatividad» y así «favorecer la complejidad del género». A su vez, reivindicó la «solidaridad» como valor principal en favor de comunidades de apoyo ante un contexto social adverso y violento.