El español Alberto Mielgo ganó con El limpiaparabrisas la estatuilla al mejor cortometraje animado en la 94 edición de los Oscar, un premio al que también aspiraba el director chileno Hugo Covarrubias con Bestia. Al recoger el premio, Mielgo destacó que los nominados de su categoría en esta edición no han sido «mainstream», sino que eran producciones de «bajo presupuesto». Además, el cineasta español subrayó la temática de los cortos animados de este año: «Cuatro de ellos eran para adultos». «Esto es solo el inicio de lo que podemos hacer gracias a la animación», recalcó Mielgo con un mensaje reivindicativo para equiparar este género en formato reducido a cualquier otro más propia de largometrajes.
Visiblemente más nervioso que Mielgo, el productor de este cortometraje, el español Leo Sánchez, se ha subido al escenario y ha reforzado el discurso y la «gran visión» del cineasta, a la par que ha agradecido a todos los miembros del equipo de El limpiaparabrisas implicados en su consecución.
Mielgo lleva más de dos décadas trabajando en el mundo de la animación para gigantes como Disney, Netflix o Sony, pero ahora ha logrado el Óscar con su apuesta más personal: El limpiaparabrisas, una producción que reflexiona sobre el amor. Asimismo, ha participado en importantes películas como La novia cadáver o Harry Potter y las reliquias de la muerte. Mielgo añade este Oscar a los tres Emmys que ya tiene en sus palmarés por el corto The witness, el cual rodó para la serie Love, death and robots. El resto de contendientes en la categoría de mejor cortometraje animado eran Boxballet, de Anton Dyakov; Robin Robin, de Dan Ojari y Mikey Please; y Affairs of the Art, de Joanna Quinn y Les Mills.