'Miró más allá del lienzo' es el título de la exposición que recoge una selección de pinturas sobre soportes inusuales, elementos descartados, reutilizados o encontrados en los talleres que el gran artista catalán incorpora como punto de partida y base de sus obras, dándoles una segunda vida. La Fundación Miró de Palma ha montado esta exposición para dar respuesta a la demanda de los visitantes que se desplazan hasta el centro artístico para contemplar obras de Joan Miró y se encuentran con la sorpresa del cierre por obras de las salas expositivas de la sede principal. «El plazo de ejecución de las obras en el Edificio Moneo se ha visto afectado por imperativos técnicos y actualmente no disponemos todavía de una fecha definitiva para la apertura total de los espacios expositivos», ha explicado la Fundación Miró en una nota.
La nueva exposición de unas pocas de las cerca de 7.000 obras que integran el legado dejado por Miró, ocupa únicamente el Espacio Cúbico y un pasillo. La Fundación Miró ha señalado que esta exposición revela que el artista no parte de una idea preconcebida, sino que se deja guiar por la materia, el encuentro fortuito y el choque que provoca. El propio proceso creativo se va adaptando a los dictados y necesidades del material, dando rienda suelta a la expresión más salvaje del artista. En el Espacio Cúbico se muestran varios ejemplos del trabajo con Josep Royo en la técnica del tapiz, donde el lenguaje mironiano, en este caso las litografías de «Le Lézard aux plumes d'or», se traslada sobre un soporte textil.
Pero sobre todo, ha explicado la Fundación, es con los llamados sobretejidos, de los que se recogen algunos dibujos preparatorios y fotografías, donde Miró desafía los límites de la propia técnica en la exploración, manipulación e incluso destrucción del soporte. En esta libertad logra recuperar la esencia, una dimensión más profunda que se esconde más allá del lienzo. Desde hace más de un año la Fundación Miró trabaja en tres exposiciones, temporales y paralelas, en torno a Son Boter, la casa señorial típica mallorquina de carácter rural del siglo XVIII, y el segundo estudio del artista en Mallorca. El espacio de Son Boter, contiguo a su casa, le permitió ampliar el área de trabajo y ganar intimidad, así como crear y almacenar obras de grandes dimensiones.
En el Miró de Son Boter, que será la exposición protagonista del programa expositivo para 2022, se aprecia otra forma de trabajar y que el formato de las obras es diferente, como también lo fue la relación con el propio espacio de la arquitectura. «En Son Boter, Miró se encuentra con unas estancias cargadas de historias en las que todavía resuenan los espíritus de su pasado. Son Boter es la cueva, ese regreso al vientre de la madre, donde desde el primer momento Miró se ha oído en casa», ha destacado la Fundación.