'Valentina' encandiló a los académicos el pasado sábado y se alzó con el Goya a Mejor Película de Animación. La cinta gallega tenía también acento mallorquín, con los artistas Pepmi Garau, Xemi Morales y Cristina Torbellina. Todavía desde Valencia, donde se celebró la gala de entrega de los premios, Garau (Palma, 1985) expresó a este periódico su emoción por el ‘cabezón'. «He tenido la suerte de estar en este proyecto desde el principio, hace ya dos años y medio. Han sido meses de trabajo, constancia y sacrificio, pero cuando disfrutas con algo es fácil de sobrellevar», reconoció Garau, que coordina el equipo de animación 2D del que también forman parte Morales y Torbellina. Garau, que está especializado en storyboard y en animación 2D, trabaja por cuenta propia desde hace diez años, el mismo tiempo que lleva viviendo en Inca. Fue desde allí, en el corazón de la Isla, que trabajó en la premiada película en la distancia. «Estar inmerso en este proyecto hizo que el confinamiento apenas me afectara», afirmó.
El ilustrador y animador siguió la ceremonia, que se celebró en el Palau de Les Arts Reina Sofía, desde el hotel, ya que «no estaba invitado» «En el equipo somos muchos y es imposible que nos inviten a todos, además, la situación sanitaria hace que todo sea más restrictivo», apuntó. «Al ganar, solamente llaman al productor, director y compositor de la banda sonora, a los demás nos queda disfrutarlo en la distancia», añadió.
Sin embargo, no poder asistir a la gala no le impidió disfrutar el momento, insistió. Sobre los detalles del evento, «poco puedo decir, creo que es la gala de los Goya que menos he escuchado porque estaba muy nervioso, solo pensaba en que se hacía tarde y no llegaban a la categoría de Mejor Película de Animación. Al oír el título, mi mujer se emocionó todavía más que yo. Y, aprovechando que este lunes era San Valentín, vamos a alargar un poco nuestra estancia en Valencia. Porque si ya es complicado ser artista, todavía lo es más ser la pareja de uno»», bromeó.
Valentina cuenta la historia de una niña que está cansada de tener síndrome de Down, convencida de que es el motivo que le impide alcanzar su sueño: ser trapecista. Pero un viaje mágico le descubrirá todo aquello de lo que es capaz. «Es un filme muy especial que aborda un tema que nos toca el corazón y nos hacen pensar. Algo que tendríamos que ver con naturalidad y que, sin embargo, lo hacemos con muchos prejuicios. Esa es la magia del cine: al cabo de cinco minutos de película no ves a ninguna niña con síndrome de Down, solamente una niña que juega», valoró.
Ahora, Garau ya está metido en lo que será su próximo proyecto: un cortometraje para el escritor zaragozano Diego Blanco. El filme, que todavía no tiene título, trata sobre los adolescentes y la depresión. «Me gusta que mi trabajo, además de entretener, resulte últil». Está previsto que se proyecte en marzo en Bilbao.
El apunte
Un reconocimiento salpicado de polémica por «irregularidades» e «impagos»
Los trabajadores del filme denuncian «impagos» e «irregularidades» por parte de la productora ejecutiva, Chelo Loureiro. En este sentido, Garau, «sin perder la alegría por el Goya», pero visiblemente incómodo, aseguró a Ultima Hora que todavía espera cobrar la última factura del trabajo que ya entregó en noviembre y que corresponde a la última secuencia de Valentina.
«Eso supone medio año de mi sueldo. Además, esa secuencia en 2D la hemos llevado a cabo precisamente los tres mallorquines y, para más inri, he tenido que pagar a los otros dos con mi dinero pensando en recuperar la inversión, algo que todavía no he conseguido», denunció. Finalmente, Garau lamentó que, «ella que elogia la sonoridad, en los créditos ha ignorado a Cristina Torbellina, algo que me parece muy injusto».