El lleno de Izal en el Teatre de Lloseta termina en los tribunales. Un conflicto en la empresa que organizó la doble actuación del grupo madrileño ha provocado el despido de dos trabajadores a los que la promotora acusa de haberse quedado con toda la recaudación del evento y de haber suplantado a la propia mercantil. El Teatre de Lloseta incluyó en su programación para celebrar su decimoquinto aniversario un concierto de Izal, entonces el grupo indie con más tirón. La demanda de entradas llevó a que se doblara la cita:dos actuaciones el 24 y 25 de mayo de 2019. La organizadora del evento fue Redbellion Music Production S.L. y es quien acusa a los dos empleados a quienes dio un poder para la organización del doble concierto de quedarse con la caja.
Según la carta de despido que remitió a sus empleados, estos habrían cambiado las claves de acceso de la empresa a la página web a través de la que se vendieron las entradas. «Además, desviaron de las cuentas de la sociedad a cuentas donde el administrador de Redbellion Music Production carece de acceso, los ingresos que efectúan las empresas de ticketeria por el imparte de las entradas de los eventos, quedándose con todo el dinero», asegura el documento.
El despido también se justificaba en que se habían adueñado del nombre de la empresa y la habían empleado para organizar otros conciertos por su cuenta sin tener autorización de la administración y sin rendirles cuentas e incluso de haber cambiado las claves de los correos electrónicos de la firma. «Ante tal situación, totalmente inaceptable, se les ha requerido para que procedieran a rendir cuentas de la gestión que habían realizado del citado evento, negándose a ello y no entregando tampoco ni la recaudación de las barras ni el cambio de las cajas».
En esa situación de enfrentamiento en la empresa, los dos trabajadores presentaron un recurso ante un juzgado de lo Social ya que no admiten como ciertos los hechos por los que se les ha sancionado. Una sentencia de la Sala de lo Social del TSJIB del pasado mes de diciembre acepta un recurso de uno de los trabajadores contra una resolución del juzgado de lo Social que había desestimado la reclamación por una cuestión formal. Ordena que el asunto sea examinado y se resuelva sobre el fondo del asunto. La empresa, en cualquier caso, ya había advertido en 2019 que lo ocurrido iba más allá del despido y advertía con las consecuencias penales del destino de la caja del concierto de Izal.