Antonina Obrador (Felanitx, 1986) ha podido cumplir su «gran ilusión» y se ha convertido en la segunda mujer de Baleares que rueda un largometraje de ficción con Quest. Un hito que descoloca y entristece, como reconoce Obrador. La realizadora afirma que «hay muchas cineastas en Baleares, sobre todo documentalistas, aunque cada vez habrá más. En España, según la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), solamente hay un 19 % de directoras y, si lo reducimos a Balears, el porcentaje se reduce todavía más». «Es muy difícil entrar en el circuito y recibir subvenciones y a menudo se incumple la paridad en los jurados que conceden las ayudas», lamenta.
Quest, producida por Nanouk Films y La Perifèrica Produccions, narra la historia de Lluc, un biólogo marcado por el suicidio de su mujer Maria, que emprende una investigación para catalogar la flora del lugar donde murió: la isla deshabitada de Quest. Una vez allí se da cuenta de que en la isla reina algo sobrenatural. Así, Lluc tendrá que enfrentarse a los fantasmas de su pasado para poder redimir la culpa que siente por el fallecimiento de su esposa. La cinta está protagonizada por Enric Auquer (Premio Goya a actor revelación por Quien a hierro mata) y Laia Manzanares (Merlí) y cuenta con la participación de Maria Arnal y Miquel Gelabert.
La idea de la película, cuenta Obrador, surgió hace mucho tiempo, como proyecto de final de carrera de la ESCAC. «Precisamente fue con Ventura Durall, que es ahora uno de los productores ejecutivos. En ese momento estaba muy obsesionada con el voto del silencio, con la idea de la soledad. Comencé a pensar qué hace una persona sola en una isla desierta, qué piensa. Así empecé a idear el personaje. Me pregunté qué hace una persona sola en una isla desierta que se encuentra a sí mismo, qué piensa. Siempre me ha interesado la cultura mágica de las Islas. Y la isla de Quest es para mí la Mallorca perdida, aplastada bajo el asfalto y los cimientos del turismo y urbanización masiva. Es una idea romántica, pero propia del romanticismo entendido como el movimiento alemán del siglo XIX, no como algo ñoño», detalla.
Además de la soledad y el aislamiento, la película también trata otros temas universales como el luto y la culpa. «No te preparan para los traumas de la vida. Vivimos en una sociedad muy metida en el empirismo y la razón y a veces descuidamos la parte espiritual, que nos puede ayudar cuando pasamos por un hecho traumático. El guion de Quest parte de esa necesidad vital mía», reconoce la directora, que tiene unos «referentes eclécticos», como ella misma admite, entre los que figuran desde tótems como Tarkovsky, Parajanov, Antonioni o Bergman a Gus Van Sant, Lucrecia Martel, Albert Serra y Naomi Kawase. «Soy bastante friki a nivel de gustos, también me encanta Dario Argento», indica.
Los elementos sobrenaturales y el «realismo mágico» son también elementos importantes para Obrador. «Quest es una película que se sitúa entre el género fantástico y la ciencia ficción, pero también hay misterio e incluso a veces terror. Creo que es el mejor género para hablar de las cosas importantes de la vida, de la metafísica o la psicología, en definitiva, de los grandes temas de la humanidad».
La cineasta confiesa que «poder llevar a cabo mi opera prima es un hito, mi gran ilusión, pero quería esperar al momento idóneo, no precipitarme y esperar a tener unos mínimos para conseguir el resultado deseado».
El rodaje de Quest arrancó a principios de este mes de diciembre en lugares como Portocolom, Felanitx, Campanet, Formentor o sa Dragonera y está previsto que concluya el próximo 20 de diciembre. «A principios de 2022 estaremos en la fase de postproducción y espero poder estrenar la película a mediados o finales de este año», avanza Obrador, que recuerda que está pendiente de estreno su cortometraje de ficción Arca, protagonizado por Valèria Sorolla, Bàrbara Nicolau y Miquel Àngel Torrens. Este proyecto está producido por La Perifèrica e IB3 con el apoyo del Institut d'Indústries Culturals de les Illes Balears (ICIB).