«Vivimos en un sistema en el que la mujer tiene como objetivo el cuidado para que el engranaje del sistema capitalista pueda continuar funcionando. Y en el momento en el que una mujer o una madre no cumple con las expectativas, se la considera una mala madre. ¿Pero quién dice qué es una buena o mala madre?», se pregunta Júlia de Paz Solvas (Sant Cugat del Vallès, 1995) en su celebrada opera prima, AMA, que en el Festival de Málaga se alzó con el Premio Feroz de la Crítica y la Biznaga de Plata a la Mejor Actriz para Tamara Casellas.
La cineasta recalará este domingo en el Teatre de Manacor, donde el cineclub 39 Escalons organizará, a las 18.30 horas, la proyección de la cinta y un coloquio posterior con el público, conducido por Carme Galmés, Marga Gelabert y Antònia Matamalas. Pero AMA va más allá de la maternidad, una condición que la cineasta no ha experimentado.
Argumento
Pepa, la protagonista de AMA, termina en la calle junto a Leila, su hija de seis años. Sin nadie que las ayude, Pepa y Leila lucharán solas para encontrar un lugar donde vivir. En este proceso, el vínculo entre madre e hija se estrechará, aunque de por medio habrá equivocaciones y «desidealizaciones».
«Tanto Núria [Dunjó López, la guionista] como yo, teníamos la necesidad de rendir homenaje a nuestras madres, transmitirles que lo hicieron bien. Las mujeres y las madres tienen que quitarse el peso de la culpabilidad de encima por no llegar a unas exigencias que marca la sociedad, la cultura y la política», detalla De Paz.
«AMA no trata solo de la maternidad, sino de la construcción de la identidad como mujer desde el referente de la maternidad. Por eso nos parecía mostrar a Pepa como madre y como hija», añade. «Nosotras no somos madres, pero no queremos tener que vivir con el discurso que obliga a todas las mujeres a ser madres. Y en el caso de que algún día quisiéramos ser madres, debemos poder elegir cómo hacerlo. La maternidad es una relación humana, no una obligación ni exigencia», insiste.
Para escribir el guión de AMA, que nace a partir del cortometraje premiado en la edición del Festival de Cine de Ibiza 2019 (IBICINE), la cineasta cuenta que «realizamos un largo proceso de investigación durante dos años en el que hablamos con muchas madres. Fue así que nos dimos cuenta de que sentían mucha culpabilidad por no cumplir con unas expectativas, que son irreales y construyen el mito de la maternidad».
«El mito de la maternidad es una herramienta de opresión del sistema hacia la mujer. Platean una maternidad inaccesible sin tener en cuenta no solamente los recursos materiales, sino también emocionales», señala. Por otra parte, a la hora de decidir el tema del proyecto, De Paz afirma que «al buscar referentes, sobre todo a nivel cinematográfico, encontramos muchas películas que hablaban de la maternidad pero estaban hechas por hombres y proyectaban el deseo o la visión de cómo ser madre. Así, en muchas cintas se cumplía ese mito y comprobamos que necesitamos referentes reales».
Público
En los coloquios realizados, De Paz explica que «muchos espectadores confiesan que, al principio de la película, odian a Pepa pero que, al final, la llegan a querer. Es algo que también pretendíamos, ese viaje que va desde los prejuicios hasta el aprecio. Ese odio viene de la educación que hemos recibido acerca de la maternidad y el ser mujer. Si te encuentras con una mujer que habla mal de su hija en medio de la calle, enseguida piensas ‘qué mala madre', pero no te preocupas por lo que pasa detrás, Y, por otra parte, ¿qué pasaría si en vez de una mujer la película estuviera protagonizada por un hombre? Estoy segura de que el nivel de prejuicios no sería tan alto».
Además de AMA, De Paz avanza que está en distribución el cortometraje Harta, en el que aborda «el impacto de la violencia machista en la infancia». Igual que con AMA, el corto le sirve como experimento para ver si funciona y «saber si estamos preparadas para tratarlo con más profundidad». Ahora, también junto a Núria Dunjó [con quien está nominada al Goya a mejor guion adaptado por AMA], trabaja en una pieza experimental sobre porno feminista en la que reflexiona sobre el «autoplacer» como mujer.