Magdalena Gamundí Pons fue una monja de clausura que vivió durante 46 años en el convento de la Puríssima Concepció de Palma. Entró con 19 años, en 1864, y murió allí, en 1910, con 65. Gamundí construyó una miniatura de su propia celda, un objeto especial que ahora, casi 160 años después, ha inspirado a Mateu Coll, Catherine de Montalembert, Sebastià Perelló, Biel Mesquida y JeanMarie del Moral para confeccionar el volumen Fuga mundi (Ensiola).
En este libro, cada autor imagina cómo sería el día a día de la monja, tía lejana de Mateu Coll, con sus respectivos puntos de vista. La presentación de esta pequeña gran joya se celebrará mañana, a las 19.00 horas, en Aba Art Lab (Palma). El acto, organizado también por Drac Màgic, contará con la presencia de los autores.
«El pretexto de Fuga mundi era este objeto singular con memoria, pues estas miniaturas tenían como objetivo que las familias recordaran a sus seres queridos. Los amigos que firman el libro conmigo se entusiasmaron por esta herencia y cada uno ha hecho lo que ha querido al respecto, sea con la fotografía o con la letra», cuenta Coll. «Fuga mundi es irte del mundo y retirarte, generar un juego de paréntesis para reflexionar de lo que pasa hoy en día, de lo cotidiano. Paradójicamente, el libro es como la miniatura, un escaparate de la vida clausurada. Es hablar de las vidas minúsculas, de disfrutar con las pequeñas cosas, lejos de los discursos grandilocuentes y llamativos que tanto priman en la actualidad», concluye.