Un acontecimiento «histórico» y, sobre todo, «insólito» ocurrió este martes en la Fundació Miró Mallorca. El Espai Estrella, conocido como el edificio Moneo, el arquitecto que lo proyectó, y el escenario principal de esta institución, se vació por completo por primera vez desde su inauguración en el año 1992, hace ahora casi tres décadas. Así fue con motivo de la rehabilitación de este espacio expositivo, unas obras que se iniciaron ayer a primera hora de la mañana con los trabajos preliminares previstos en el proyecto de reforma, unas tareas que se prolongarán en el tiempo durante sesenta días naturales, tal y como indicó ayer a este diario el director-gerente del centro, Francisco Copado. La reapertura del edificio Moneo tendrá lugar, «si todo sale como está previsto», añadió el responsable del centro, en la próxima Semana Santa.
Esta primera jornada de las obras contó con la presencia de autoridades como el regidor de Cultura del Ajuntament de Palma, Antoni Noguera, y la directora general del ramo en Cort, Tina Codina. Junto a Francisco Copado, ambos conocieron de primera mano e in situ los primeros movimientos en el edificio Moneo, que ayer respondían principalmente al vaciado de todo el espacio, tarea supervisada por Enric Juncosa y Patricia Juncosa, restaurador y conservadora de la Fundació Miró Mallorca, respectivamente, con la colaboración del taller Xicarandana de Palma. También charlaron con la dirección de obra, Toni Sbert, Eva Borràs y Miquel Moll –técnicos de Infraestructuras de Cort–, quienes firmaron el alta de replanteo de la reforma.
Sobre la rehabilitación, la intervención principal se ejecutará sobre los cerca de 800 metros cuadrados que mide la cubierta del espacio. En realidad, el bloque tiene una doble cubierta y la reforma se realizará «en la primera, la superior; la segunda capa solamente se reparará porque, en principio, no está dañada, aunque eso se conocerá cuando los técnicos lo vean in situ», cuenta Francisco Copado.
Cabe recordar que la cubierta es una piscina que se vació ya en 2016 por filtraciones constantes de agua por el deterioro y la falta de estanqueidad de la misma.
Hasta que se reabra el edificio Moneo, los visitantes a la Fundació Miró Mallorca podrán recorrer el resto de espacios –Espai Cúbic, Son Boter y Taller Sert– con una entrada con precio reducido de algo más de cinco euros, aunque aquellos que quieran apoyar esta rehabilitación lo podrán hacer pagando la entrada general, de 9 euros, dentro de una campaña de micromecenazgo.