Grip Face, nombre artístico de David Oliver (Son Ferriol, 1989), presenta este miércoles en Madrid su segundo libro, titulado Diario Visual Volumen Uno, donde recoge sus ilustraciones más intimistas, descarnadas y sin tapujos, plasmadas, entre 2015 y 2020, en sus cientos de bitácoras de papel repletas de poemas visuales.
«Se trata de una recopilación realizada entre los miles de poemas visuales que a modo de diarios he estado confeccionando estos últimos años», indica el artista desde su taller, en pleno barrio de la Concepción, escenario en los años de La Movida de la única exposición de Las Costus en Madrid. «He seleccionado los dibujos conforme a anécdotas, viajes y páginas de mis diarios que me generaban interés, y de momentos que me han marcado desde 2015», explica.
«Me ha costado mucho publicar este libro evolutivo ya que en él revelo mi intimidad, dejando ver mis demonios y virtudes. Es un completo desnudo poético», señala a Ultima Hora, horas antes de la presentación del volumen en el Espacio Solo, a cargo de Basilio Baltasar y Jordi Pallarès.
Apartados
«Esta obra está dividida en varios apartados en los que el lector podrá asistir a mi evolución en los últimos seis años. Hay desde dibujos abstractos hasta otros más complejos», apunta el creador isleño que también prepara una exposición en Bilbao y obras para mandar a la Feria de Arte de Basilea.
Además, en la portada figura «un icono que me ha perseguido mucho», un emblema a modo de sello, «como si fuera un autorretrato», manifiesta Grip Face. «En este tiempo», continúa el artista, «he hablado mucho de los conflictos que ha vivido mi generación, la millenial, de nuestras grandes contradicciones y de todos los obstáculos que hemos tenido, y que todavía tenemos que superar».
En este sentido, el prólogo del libro, en cuya portada domina el color amarillo («junto al negro identifica el anarco-capitalismo, unos colores que en 2013 nos representaban como yellow kids en un colectivo de Mallorca»), Basilio Baltasar incluye a Grip Face en lo que denomina movimiento Unferground, un símil para compararlo con el Underground de los años 60. Dice que los unfergrounds son los jóvenes golpeados por tres crisis: la de las Torres Gemelas y las posteriores guerras, la económica de 2008 y la actual provocada por la pandemia. «Los unfergrounds remueve los cimientos, altera los fundamentos y perturba el umbral de la percepción».
«La intensa actividad creadora de Grip Face le ha llevado a ser un activista en los rincones orgánicos de la ciudad, un perspicaz agente en la invención de lugares imaginarios, implacablemente subversivo en la transformación de los espacios abandonados, un impetuoso agitador del arte urbano y oráculo de la escenografía callejera». Así le definen en el prólogo del libro. «Grip Face ha sacudido los tabiques de la trama ciudadana y levanta con su obra un tótem de una influencia transformadora», finaliza Baltasar.
Reflejo
Algo así como el reflejo creativo que imprime Grip Face en su segundo libro –tras Black Faces (2017)– donde el público podrá disfrutar de sus bocetos contra la contaminación de los mares (Black rubbish is gold), la crítica a la sociedad actual o los rostros-bustos del final, «agridulces» expresiones de personajes que conoce el propio artista. Por cierto, entre estos destaca el único autorretrato del creador mallorquín, bajo el cual aparece la frase «Jamás creí en patrias». Trasfondo viral o Bad Boy son otros de los bustos que cierran la progresión de Grip Face en 2020.
También figura una crítica a los social media y a Walt Disney, del que dice «crecí engañado», bajo un dibujo de Mickey Mouse con Pluto a sus pies. Tres caps de faves. Uns petits salvatges es otra de las ilustraciones destacadas.
Ahora, Grip Face ha hallado un nuevo camino creativo y de expresión con las obras que llevará al país Vasco y Suiza, de mayor tamaño, colorido y personajes recordando a un surrealismo crítico.