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‘Areté. La virtud de Reencarnar' enfoca la cámara «donde nadie quiere mirar»

La Isla es el escenario del cortometraje del director venezolano Ledwin Vega

El filme cuenta la historia de una mujer cansada de observar «el mundo a través de su ventana». A pesar de las palabras de su padre «casarse o vivir bajo la batula», quiere salir de la jaula. El corto también quiere acabar con el canon de belleza árabe. | Areté

| Palma |

El director venezolano Ledwin Vega, afincado en Palma, enfoca su cámara hacia donde nadie quiere mirar con el cortometraje Areté. La virtud de Reencarnar. La producción, grabada en varios rincones de la Isla como Sa Calobra o Cúber, se estrenará entre el 1 y el 16 de octubre en el Crossroads International Short Film Festival de Estambul.

En la Antigua Grecia, los sofistas definían la excelencia como Areté. En la actualidad, Vega relaciona el concepto con el papel de la mujer en la religión islámica. Fue un viaje a Marruecos lo que despertó el interés del director por la cultura árabe. «Ver cómo las mujeres no pueden dirigirse a alguien sin permiso de su marido me conmovió», confiesa.

Claustrofobia

El filme refleja «la sensación de claustrofobia que tiene la religión en los seres humanos». Para ello, las localizaciones de la Isla han sido de gran ayuda. «Estos paisajes tan sublimes nos transmiten esa idea de ser tan pequeño frente a un elemento tan grande», detalla el venezolano. Además, la producción también busca romper con el estereotipo de piel y ojos oscuros de la mujer árabe.

Por ello, está protagonizada por la actriz María Derova. «Los ojos azules de la princesa Areté es nuestra manera de contemplar la diversidad», comenta Vega. El equipo se completa con el actor Dimas González y dos personas de la cultura sorda, Antonio Hernández y el mallorquín José Luis García Ginard.

Los derechos humanos y la virtud de elegir son el eje central de la historia. La protagonista es una mujer que se ha cansado de observar «el mundo a través de su ventana» y quiere ser libre, a pesar de las palabras de su padre, «casarse o vivir bajo la batula».

En enero de este año, cuando la grabación del cortometraje llegaba a su fin, 5.000 mujeres habían sido asesinadas por crímenes de honor. Por eso, Areté. La virtud de Reencarnar es el grito de ayuda de miles de mujeres. «No es una reivindicación. Es una manera de evidenciar esta situación», enfatiza Vega.

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