Las creadoras Inma Herrera y Shirin Salehi, ganadoras del Premio Bienal Pilar Juncosa y Sotheby's de Creación Artística 2019, son las mentes –y manos– detrás de Un punto fijo para orientarse, la exhibición/instalación que «habita» en los distintos espacios de la Fundació Miró de Palma y seguirá haciéndolo hasta el próximo 25 de septiembre. Ambas creadoras, que se conocieron en 2014 durante un curso en el mismo centro, firman juntas por primera vez un proyecto en el que todas las piezas son de su coautoría, en una unión artística y muy reflexiva sobre la falta de un «asidero» sobre el que entender el mundo en nuestra sociedad actual.
Las cinco piezas escultóricas de gran escala de cobre y arcilla, las 25 fotografías y los 15 vídeos se suman a varias intervenciones que se reparten por muchos espacios de una Fundació que es casi como si estuvieran en casa. Shirin explica que «hemos venido varias veces durante la pandemia para trabajar». De hecho, la suya es la primera exposición en año y medio de la Fundació, algo por lo que están «muy ilusionadas».
«Presentamos una exposición no pensada para un solo espacio», añade Shirin y comenta que «el punto de partida era Son Boter y los procesos de creación de Miró». Esto se junta con «la idea de que necesitamos un centro fijo desde el cual comprender el mundo y dar sentido a nuestra vida. Un asidero». Antes, explica, «era la religión», y ahora «hemos afrontado este tema en diálogo con Miró y en relación a nuestro proceso creativo».
Desde ahí se introducen, a su vez, en una «reflexión sobre los lenguajes» y «las poéticas de los mismos». En este sentido, explica Shirin, «el propio lenguaje del hacer físico se convierte en nuestro punto fijo para orientarnos y nos permite trabajar ahí, investigar y ahondar».
El dúo, que también pivota sobre el concepto de ritual como «gesto repetido», ha utilizado los espacios de la Fundació para incorporares a ellos, «habitarlos» , sumando su propia creatividad y reflexión al entorno.