La idea de escenario es la génesis de La mirada imposible (WunderKammer), el ensayo de Agustín Fernández Mallo que el 1 de marzo llega a las librerías. El volumen, que también reflexiona sobre la identidad, el disfraz y la mirada, nace, según explica Mallo, de «algo biográfico, personal y doméstico, que es el hecho de que no entiendo el teatro».
«Cuando digo que no entiendo el teatro, quiero decir que siempre que voy hay unos momentos en los que me desconecto de lo que está ocurriendo y el pacto de verosimilitud que debe haber entre el espectador y la función se rompe. Y es cuando pienso qué están haciendo esas personas allí o qué estoy haciendo yo», cuenta el autor. «Porque son unos locos que se ponen a hacer cosas que la gente normal no hace. Así empecé a cuestionarme por qué si ves en la calle a una persona gesticulando tendemos a pensar que es un loco pero, si lo hace con un mero rectángulo de tiza en torno a sus pies, es un actor que está actuando. El escenario esa línea visible o inivisible que demarca lo que es ficción y lo que es realidad», añade.
Mallo se ocupa de la idea de escenario en la primera parte del libro, que titula Somos seres tropicales (idea de escenario). Para él, la noción de escenario está relacionada con la de disfraz, pues «necesitamos vestirnos porque somos seres tropicales». «El simple hecho de ponerte un jersey para salir a la calle constituye un salto evolutivo, en pocos segundos, de miles y miles de años; pues somos los únicos animales que nos disfrazamos», apunta. Es más, advierte que «cuando nos disfrazamos en carnaval es cuando somos más nosotros».
En la segunda parte, Mirar y ser mirado (idea de cuerpo), Mallo aborda «la mirada imposible», que es esa cámara omnisciente quepersigue una «objetividad total» y que, por tanto, está muy presente en el cine. La objetividad y subjetividad da pie a Mallo para indagar en la identidad que, ahora más que nuca, «está construida por los demás, no por nosotros mismos». «Por primera vez en la Historia, la identidad de los seres humanos no está construida por una única entidad, sino por una red que es la suma de datos y metadatos en la que no podemos intervenir», manifiesta. «La identidad es una red compleja, producto de lo que los demás dicen que somos, no el núcleo cerrado y subjetivo de lo que cada cual piensa acerca de uno mismo», matiza. Otro aspecto muy interesante que destaca Mallo es la atracción de sentirnos observados. «Es la clásica relación del amo y esclavo, pues el amo te somete, pero, a la vez también te protege. Son dos polos en los que siempre nos encontramos. Queremos ser libres pero que alguien nos proteja. Porque el hecho de que nos vigilen significa que importamos a alguien», justifica. Sobre el cuerpo, Mallo recuerda que «siempre hemos perseguido crear una máquina perfecta, sin darnos cuenta de que es el cuerpo muerto, el cadáver. Llevamos toda la Historia intentando crear seres humanos perfectos, construir otros humanos, pero no podemos. Y así creamos máquinas y lo que metafóricamente llamamos inteligencia artificial. Ya lo intentamos con los autómatas en el siglo XVII o con la robótica, pero es imposible. Y allí entra la mascota. Pero los animales no interpretan, no cruzan carreteras porque sencillamente no saben qué es una carretera, nos oyen pero no nos escuchan».
Finalmente, en el tercero y último apartado, Apéndice (desde un confinamiento): Los obscuritones, el autor profundiza en miradas imposibles muy cotidianas: la mirilla de la puerta principal y el agujero del inodoro. «La mirilla es el primer paso, defectuoso aún, pero primer paso, de un deseo que está en su límite natural, el deseo de observarlo todo [...]», explica en el libro. Por su parte, sobre el agujero del váter, Mallo reconoce en el texto que «produce vértigo porque es un lugar al que no tenemos acceso, una zona 'causalmente separada del ojo».
Otras publicaciones
A finales de este mes de marzo también verá la luz Rosalía, Ensayos sobre el buen querer (Errata Naturae) en el que Mallo firma uno de los artículos, junto a otros autores como Jorge Carrión o Mery Cuesta; y la edición británica de Trilogía de la guerra (Premio Biblioteca Breve 2018) y que publica el sello Fitzcarraldo Editions bajo el título The Things We've Seen, obra con la que Mallo ha sido galardonado con el premio English Pen Award.