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Jansky y diez poetas emergentes se alían en el LP ‘Desori subversiu'

Jaume Reus y Laia Malo, componentes del dúo Jansky. | Redacción Cultura

| Palma |

El Premi Art Jove de Poesia Salvador Iborra, dirigido a voces noveles de los Països Catalans y que convocan la Associació d'Escriptors en Llengua Catalana (AELC), la Agència Catalana de la Joventut y l'Institut Balear de la Joventut, no es un galardón al uso, va más allá «de una dotación económica y la publicación del poemario ganador». Su punto fuerte es una «residencia de formación» en un albergue de Catalunya en la que participan los finalistas del certamen, que este 2020 han sido diez, entre los que destacan tres mallorquines y una ibicenca. Entre los cursos que allí se practican figura un taller sobre cómo presentar los poemas con música, a cargo del dúo Jansky –formado por Laia Malo y Jaume Reus–. Este fatídico año, ante la imposibilidad de realizar esa estancia, este dúo musical le dio la vuelta y apostó por la grabación de un LP de diez pistas, en las que funden su música con las voces de esos jóvenes poetas, titulado Desori subversiu. Ya se puede escuchar en la plataforma Bancamp (jansky.bandcamp.com).

Los diez finalistas de este año, que han puesto sus versos y voces a este proyecto musical de la mano de Jansky, son los mallorquines Laura Torres Bauzà, ganadora del certamen, Júlia Mérida y Jeroni Mas; la ibicenca F. Escandell; el valenciano Juma Barratxina, y los catalanes Mirellam, Irene Gómez Diéguez, Carla Marco, Sergi García y Roser Bastida. Todos ellos, junto a Jansky, trazaron las diez pistas que componen Desori Subversiu, que se realizó «entre videollamadas en la plataforma Zoom y mensajes de voz de Whatsapp», mientras que la grabación y arreglos se realizaron en Ramp Studios de Palma, cuenta Laia Malo, mitad de Jansky.

Representativo

«Se nos ocurrió la idea de hacer una canción con el poema más representativo de cada uno de los diez finalistas», prosigue Laia Malo sobre cómo se gestó este proyecto musical. «Les pedimos, por una parte, que escogieran su poema favorito, y por otra que nos contaran con qué tipo de música relacionaban ese poema, con su estilo y sus preferencias musicales», agrega. A partir de ahí todo empezó a encajar y el resultado son temas que van desde la pura electrónica, ritmos de trap y hip hop, hasta el pop más pegadizo e incluso la psicodelia. En algunos casos, el trabajo de Jansky consistió en crear desde canciones con «estructuras más reconocibles», hasta una «deconstrucción de los versos para quedarnos solo con palabras clave». El resultado, asegura Laia Malo, son unos «paisajes sonoros» que dejaron «alucinados a los finalistas» del certamen, «cuando te escuchas por primera vez en una canción es impactante».

Naturaleza

En esos paisajes sonoros, la otra mitad de Jansky, Jaume Reus, jugó en algunas de las pistas de este Desori subversiu con sonidos y atmósferas procedentes de la naturaleza, y en concreto, de la fauna de s'Albufera de Alcúdia, como diferentes tipos de insectos. Precisamente, ese sonido marcará el que será el cuarto trabajo discográfico de Jansky, previsto para el año que está a punto de comenzar. Será su nueva referencia musical tras Un big bang a la gibrella (2013), ÉÈ [Ésser elèctric], de 2015, y This is electroverse, editado el pasado 2019.

Imagen promocional de los diez finalistas del certamen Art Jove de Poesia Salvador Iborra 2020.
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