«Un clásico lo es por su capacidad de seducción permanente, ya hace 500 años que Tirant lo Blanc nos seduce y que siga la fiesta». Así justificaba, este jueves, el escritor Màrius Serra (Barcelona, 1963), la actualización que ha realizado de la obra del valenciano Joanot Martorell, del catalán medieval al actual, y que acaba de publicar la editorial Proa.
«Si los lectores ingleses, alemanes o chinos ya podían leer Tirant lo Blanc en su lengua actual, ¿qué sentido tenía que los lectores actuales en catalán no lo pudieran hacer?», se preguntaba Serra. Ese fue exactamente el razonamiento de Andrés Trapiello, respecto a los lectores en castellano, para llevar a cabo la reciente traducción del Quijote al español contemporáneo. Precisamente, en el Quijote, Cervantes escribe: «por su estilo, Tirant lo Blanc es el mejor libro del mundo». Lo cierto es que esta novedad supone una de las noticias editoriales más relevantes de la temporada en catalán, por la importancia de la obra que suele ser considerada como la primera novela moderna.
Màrius Serra aclaró que «no pretendo suplantar la versión original», y argumentó que «cada generación ha traducido a sus clásicos, yo he elaborado una reescritura completa del texto con la voluntad de mantenerme fiel al original, sin rebajar en ningún momento el nivel ni renunciar a su riqueza léxica extraordinaria». El escritor confesó que «lo más difícil ha sido adaptar ciertas cuestiones retóricas».
La relación de Tirant lo Blanc y Ramon Llull es manifiesta. «En boca del ermitaño de Tirant lo Blanc, nos aparece el Llibre de l'orde de Cavalleria, que es el marco moral de la novela y, además, aparece el referente luliano en la experiencia africana del protagonista, con el tema de la conversión al cristianismo», declaró Serra, quien precisó que «el verdadero vínculo entre Llull y Martorell es la lengua: Llull es el padre de nuestra tradición literaria y Joanot Martorell uno de sus mayores exponentes».
Otra conexión de Tirant es la que se establece con Juego de Tronos. «Es un claro referente mainstream, la memoria que se alimenta de un imaginario medieval y que está muy fresca en Tirant lo Blanc», apuntó Serra, quien recordó que «es una novela atrevida, donde el erotismo está presente y verbalizado, se describe una batalla íntima del enamoramiento y la tensión sexual se mantiene durante toda la trama». El autor contó que «Tirant lo Blanc no es un superhéroe ni tiene poderes mágicos, resuelve sus conflictos con ingenio bélico y estrategias militares, hay además una detallada épica de duelos a muerte».
Retórica
El editor Emili Rosales comentó que «Màrius Serra ha conservado el clásico, desgranando y depurando los impedimentos retóricos que hacen que, para mucha gente, no se pueda disfrutar del placer de su lectura», y añadió que «Tirant lo Blanc debería convertirse en una lectura apasionante y popular».
Sobre el trabajo necesario para adaptar el libro, Serra indicó que «he necesitado dos años y un confinamiento, ya que he llegado a trabajar, durante el encierro, durante diez horas al día y cinco días a la semana», y concluyó que «esta publicación es para mí un momento cumbre que me marca, hay gente a quien le suenan campanas de Tirant lo Blanc y mi aspiración es que estas campanas les lleven al campanario porque se trata de una novela excelente».