El reconocido escritor y colaborador de Ultima Hora Guillem Frontera (Ariany, 1945) tuvo que esperar algunos años para que su novela Tirannosaurus viera la luz, concretamente, a después de la muerte del dictador Francisco Franco. Finalmente, la publicó la editorial Laia en 1977. Ahora, Club Editor la recupera cuarenta años después en esta rentrée literaria atípica. No será hasta finales de noviembre cuando llegue a las librerías, a falta de una fecha concreta, según señalaron desde Club Editor a este periódico.
«El libro estuvo congelado varios años durante la censura, unos cinco o seis, y una vez muerto Franco se pudo editar. Es una novela que transcurre dentro de un seminario menor, para jóvenes, que gira en torno a un caso muy claro de perversión de menores. Esperé un permiso que nunca llegó hasta que murió el dictador. Tiempo después, el editor Ignasi Riera, de Laia, supo la razón: el libro había caído en manos de un censor que era capellán y que era profesor de seminario que justamente había sido apartado de los niños por perversión. Ese hombre estaba convencido de que la novela trataba sobre su caso y no quería que sus pecados se aireasen», cuenta Frontera.
Por su parte, desde Club Editor advierten que «las peripecias que le hizo pasar la censura provocó que no saliera con el impulso necesario, que merece una buena novela como ésta». Además, apuntan que «la obra estaba descatalogada y encontramos que era adecuado recuperarla, lustrándola un poco». Club Editor recuperó también en 2016 Els carnissers, la primera novela de Frontera y que le valió el Premi Ciutat de Palma en 1968.
Recientemente, Frontera ha publicado Quadern d'Ifitry (Ensiola) que surgió a raíz de la residencia que compartió el autor de Ariany con los artistas Luis Maraver, Miquel Planas y Julio León en el Centro de Arte Contemporáneo de Ifitry, en Essaouira (Marruecos), en junio del año pasado. Este pequeño volumen, de formato reducido pero muy atractivo, es un dietario que recoge las impresiones y reflexiones de Frontera, con imágenes de Maraver, León y Planas. Fue una «experiencia intensa», en palabras de Frontera. «Todas las vivencias, especialmente si tienen intensidad y componentes poéticos y vitales quieras o no dejan huella. Cuando miras algo, eres una suma de referencias y experiencias, y esta formará parte de este yo. Siempre me han importado mucho los paisajes y nunca había vivido tan cerca del oceano», añade. A su vez, Frontera quiere rescatar una novela que lleva mucho tiempo acumulando polvo en su cajón de escritorio. «Tengo que retomar este libro que todavía no tiene ni título, pues tengo que trabajarlo bastante. El otro día leí algunos fragmentos y tuve ganas de volver a ella. Aún no puedo hablar mucho ni dar detalles porque hay demasiados cabos sueltos. Hay personajes que se mueven por las Antillas, otros por Mallorca. Es difícil encontrar un adjetivo todavía», avanza.