El actor francés Michael Lonsdale falleció este lunes en París a los 89 años tras una vida dedicada al cine con papeles tan inolvidables como el villano Hugo Drax en la saga de James Bond, aunque también trabajó con Orson Welles, François Truffaut, Luis Buñuel, Steven Spielberg o Alejandro Amenábar.
El intérprete, nacido en la capital francesa en 1931, murió en su casa de París, según informó su familia a la revista semanal «L'Obs».
Tras una infancia en Marruecos, Lonsdale comenzó a trabajar en el teatro en los años 50, aunque no tardó en introducirse en el cine, donde protagonizó grandes producciones internacionales como «Moonraker», de la saga de películas de James Bond, o «El nombre de la rosa», de Jean-Jacques Annaud.
Como hijo de un inglés, su bilingüismo le permitió trabajar indistintamente en ambas lenguas, lo que sin duda ayudó a propulsar su carrera.
La primera vez que se puso ante la cámara fue en 1962 de la mano de Orson Welles en «El Proceso», donde interpretó a un sacerdote en la adaptación de la novela de Franz Kafka con Anthony Perkins y Romy Schneider.
Actuó además en películas como «¿Arde París?», de René Clement, «El fantasma de la libertad», de Buñuel, «Munich», de Spielberg, o «De dioses y hombres», de Xavier Beauvois, película que obtuvo el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cine de Cannes.
En 2009 interpretó a Teón en «Ágora», de Amenábar, padre de Hipatia de Alejandría, la protagonista que encarnó la actriz Rachel Weisz.
Culminó su larga trayectoria cinematográfica, en 2012, con «Gebo y la sombra», de Manoel de Oliveira, con Jeanne Moreau y Claudia Cardinale.
El diario «Le Monde» lo destaca como un «cómplice irreductible de las vanguardias y de los autores contemporáneos, cuya aparición en éxitos de cartelera le permitió además convertirse en un rostro muy conocido del gran público».
En el teatro trabajó bajo la dirección de Claude Régy en 18 obras en las que interpretó textos de Marguerite Duras, Peter Handke o Luigi Pirandello. El encuentro con Duras dio pie a una mayor colaboración, y Lonsdale participó después en tres de sus películas, «Détruire, dit-elle», «Jaune le soleil» e «India song».
En varias ocasiones asumió papeles eclesiásticos sin esconder su propia devoción católica, lo que le llevó en 2002 a renunciar interpretar a un obispo en la película «Amen», de Costa-Gavras, por su conocida postura antipapista.