Acostumbrado a entrevistas, pero no a que se centran en él, Marcos Augusto conversa sobre Barriga, su primer poemario, editado por Cántico y del que firmará ejemplares este jueves en Rata Corner, dentro de las actividades del Día del Libro. Un título donde Augusto, que combina su escritura con su cargo de director de Difusió Cultural en el Ajuntament de Palma, versa sobre el paso del tiempo representado en la no siempre alegre barriga. Se podría decir que todo confluye en ella.
La primera es obligada: ¿Por qué Barriga como título del libro?
—La gente me dice: ¿Le has puesto barriga a tu libro? Y, de hecho, ahora me miran más el abdomen (risas). Sé que es llamativo pero define muy bien los ejes temáticos del libro, no es gratuito. Luego no sé si los poemas son buenos o no, pero con esa portada es como mínimo un pisapapeles magnífico.
¿Qué ejes temáticos hay?
—El paso del tiempo y los cambios físicos. Hablo del tránsito que he vivido desde la juventud primera hasta la última y está expresado desde un sujeto poético que podría ser yo, pero al final es la barriga de todos.
¿Cómo se trata ese paso del tiempo?
—Desde la ironía. Barriga no deja de ser muy irónico, pero también con algo de lamento y resignación. No es una celebración, desde luego, del paso del tiempo.
Una vez publicado el poema, ¿está terminado?
—Estamos obsesionados con que el libro termina la vida del poema, pero considero que es algo vivo y modificable. Lo puedes mejorar y empeorar o darlo por acabado porque vas a publicarlo, pero no implica que no puedas seguir leyéndolo y considerar cambios.
A nivel personal, ¿en qué nota el paso del tiempo?
—La juventud está ligada al deseo de conocer todo. Ahora hago muchas relecturas y con 20 años no lo hacía, quería leer más y más. Con el tiempo te importa tu construcción de gustos y lo que menos es ser moderno.
Hablando de barrigas, ¿debe el poeta mirarse el ombligo?
—Es bueno si el sujeto poético que habla, que tiene un parecido asombroso con la persona que hay detrás, parte de uno como temática de manera autorreflexiva. Si es así, la poesía tiene algo de mirarse el ombligo.
¿Qué referencias son las que le han guiado al escribir Barriga?
—Evidentemente, los poetas que me gustan y las lecturas de sus escritos como González Iglesias, Luis Muñoz o Blanca Varela. Poetas que me ayudan a entender el uso de imágenes, de metáforas o la versificación y el ritmo. Todo esto se consigue leyendo poesía.
¿Qué tal sienta publicar por primera vez?
—He escrito poesía desde siempre y eso es mucho tiempo, pero es flipante abrir la caja y tenerlo en las manos, sobre todo si es algo que te gusta.