El Auditori de Peguera es el escenario escogido para que este jueves, a las 21.30 horas, se represente Ànima de Don Carlo, de la mano de Euroclàssics, una adaptación de Verdi que se convierte en la primera ópera estrenada en la nueva normalidad en las Islas y lo hace dentro del segundo festival MallorcÒpera. Aprovecha, a su vez, la semana del orgullo para visibilizar derechos del colectivo LGTBI centrando la trama el triángulo amoroso formado por Carlo, Rodrigo e Isabel.
Y no solo será el estreno de la pieza, sino que también es el bautismo de Joan Laínez, director del Mallorca Gay Men's Chorus, quien con su papel protagonista de Don Carlo se inicia en el mundo de la ópera. «Es una experiencia única para mí porque es la primera vez que hago un rol como este», confiesa Laínez, quien, además, invita a asistir al público al que le recomienda simplemente «sentarse, desconectar y disfrutar».
Se trata de una adaptación realizada por Aina de Cos que respeta muy bien los textos y la música logrando lo que Laínez denomina una «ópera de bolsillo». Con Maria Victòria Cortés y Joan M. Albinyana en la dirección, cuenta con un total de tres cantantes, una actriz y un muy trabajado apartado técnico con un ciclorama sobre el que se realizarán proyecciones y alguna que otra sorpresa que prefieren reservarse. Además, uno de los cambios principales se halla en el hecho de que la voz narrativa se traspasa al papel de Éboli, interpretada por Toti Fuster. El resultado final es una buena introducción al mundo operístico.
Visibilización
A su vez, el montaje es una oportunidad para reivindicar y visibilizar los derechos del colectivo LGTBI, que tienen representación sobre el escenario en el papel de Rodrigo, «quien demuestra desde el principio que siente algo más por Carlo que nunca llega a plasmarse por miedo». Un miedo que parecen haber perdido, según Lainez, «el fascismo y la homofobia más rancia que ahora está saliendo del armario porque hay partidos políticos que les apoyan y se sienten con alas». Los ejemplos más recientes de esto, según el cantante, son las falsas polémicas acaecidas con el sello de correos o la foto de perfil de la Guardia Civil con el logo del arcoíris, lo que demuestra «que estamos dando pasos hacia atrás» y que hacen importante estas reivindicaciones «ahora más que nunca». Lainez se muestra tajante: «Ojalá un día no tengamos que hacerlo, pero ahora hay que seguir. Este tipo de obras ayudan a que sea una integración dentro de la sociedad».
Tras su paso por Peguera, Ànima de Don Carlo viajará hasta Maó el próximo 5 de julio, para recalar en Mallorca de nuevo con paradas en Pollença y Llucmajor a fianles de julio y principios de agosto para, finalmente, estrenarse en Palma en el Teatre Xesc Forteza para el segundo fin de semana de septiembre.
La tortuosa relación entre la zarzuela y la visibilización del colectivo LGTBI
Aunque se trata de una obra independiente, lo cierto es que ha costado que una pieza de teatro musical se representara este año en el Aduitori de Peguera. Primero fue Luisa Fernando, una adaptación de la zarzuela escrita por Federico Moreno Torraba cuyo título es Luisa Fernanda. Por problemas con la petición de los derechos, la familia heredera de Moreno impidió que se representara.
Tras este revés, desde la organización su pusieron manos a la obra para solicitar los derechos sin problemas y llegó la nueva versión, Manolo / Maria, que finalmente también fue prohibida por la familia de Moreno, aunque esta vez por motivos ajenos al papeleo. Finalmente se optó por una tercera vía y representarla con música libre de derechos, pero la pandemia frustró una vez más los planes hasta que, por fin, llega Ànima de Don Carlo, que se estrena mañana en el auditori de Peguera como el final a un largo camino.