La espada prehistórica de la edad del bronce final hallada el pasado mes de agosto de 2019 en el yacimiento del Talaiot del Serral de ses Abelles (Puigpunyent) se exhibirá por fin en el Museu de Mallorca. La pieza, que fue entregada ayer al museo y que tendrá que pasar un periodo de cuarentena, formará parte de una exposición durante el otoño, junto con otras piezas similares que ya constituyen el fondo museístico. En la entrega celebrada ayer en el Museu de Mallorca asistieron Jaume Deyà –uno de los directores de la excavación–, Miquel Estrades –el primer teniente de alcalde del Ajuntament de Puigpunyent–.
Durante el acto de recepción, la vicepresidenta y consellera de Cultura, Patrimoni i Política Lingüística, Bel Busquets, subrayó que «se unen los dos eslabones de la cadena que permiten la conservación y difusión del patrimonio», porque los trabajos que se hicieron en el yacimiento en 2019, en la que se encontró la espada, fueron posibles gracias a una subvención de 14.000 euros de la dirección insular de Patrimoni. Asimismo, Busquets consideró que este hallazgo «es una muestra clara de la importancia del hecho que las administraciones apoyen la investigación y conservación de nuestro patrimonio».
Por su parte, la directora del Museu de Mallorca, Maria Gràcia Salvà, incidió en la envergadura que tiene esta espada en el estudio de la historia de Mallorca y subrayó el papel de generador de investigaciones que tiene el Museu. Así, Salvà explicó que se realizarán investigaciones juntamente con otras entidades, como la Universitat de les Illes Balears (UIB). A su vez, Salvà apuntó que estudios de piezas similares han determinado que provienen de fuera de las Islas y que es «interesante que Mallorca, en otras épocas, haya tenido una importancia que le ha permitido relacionarse con otros lugares del mundo».
Jaume Deyà, uno de los directores de la excavación del Serral de ses Abelles, se mostró satisfecho y contento por la exhibición de la espada en el Museu de Mallorca y aseguró que la respuesta del Consell y el Ajuntament fue muy positiva cuando se les notificó el hallazgo. «Cuando excavamos tenemos un tiempo para tener en posesión la pieza encontrada, para realizar los análisis correspondientes y estudiar el hallazgo y se suele entregar en un plazo aproximado de dos años. Sin embargo, el caso de la espada era particular y, al ser de bronce, tiene problemas de conservación, así que solicitamos entregarla antes al Consell. Hicimos una memoria y unas radiografías y cogimos unas muestras. La íbamos a entregar justo cuando se decretó el estado de alarma, que ha trastocado un poco el proceso», cuenta Deyà, que apunta que «ahora estamos pendientes de que el Ajuntament de Puigpunyent se haga cargo de los costes del estudio y del envío de las muestras para hacer las dataciones».
Deyà también insiste en la relevancia de esta espada, pues en la Isla hay, aproximadamente, unas diez, aunque «unas cuantas están perdidas, otras están entre Barcelona y Madrid, dos están ya en el Museu de Mallorca y una en Lluc». «Ésta es la primera que se encuentra en un contexto arqueológico con metodologías modernas, pues la última fue en los años 70 por parte del arqueólogo William Waldren, que residía en Deià. Todas, hasta este momento, eran halladas por payeses y en el siglo XIX y, por tanto, no se habían podido estudiar tan bien como ahora. Por ello, tiene mucho valor científico», añade.
De hecho, Deyà advierte que el 90 por ciento del yacimiento donde se encontró la espada fue excavado en los años 60 del siglo pasado por Rosselló Bordoy y, en ese momento, los hallazgos fueron escasos, por lo que encontrar la espada el año pasado fue una «gran sorpresa».