Valeria salta de los libros a la pantalla y, según cuenta su autora, Elísabet Benavent se estrenó «con una actualización preciosa y con algunos giros mejor que en el propio libro», aunque manteniendo la esencia de la historia inicial, donde el sexo y la amistad tendrán un papel fundamental en la serie.
Es cierto, que la serie -que aterrizó este viernes en Netflix- alberga bastantes cambios con respecto a la novela, «pero eso no tiene por qué ser negativo», afirma Benavent, de hecho, es todo lo contrario.
«Creo que son unos cambios modernos, divertidos y más dinámicos, que funcionan con el tiempo actual. Hay cambios que son sorprendentes, y está claro que los lectores se sorprenderán, pero ahí está el juego», asegura.
Quizás, lo que más sorprenda a los fans de la saga de Valeria es el personaje de Nerea (Teresa Riott) que lo han construido de cero haciendo de ella un personaje homosexual.
«Su cambio es una decisión creativa que han tomado las guionistas y que a mí en un primer momento también me sorprendió (…), pero cuando entiendes lo que supone una adaptación abierta hablando de muchas cosas que quedaban fuera de la saga, entonces el cambio cobra sentido», apunta la escritora.
Algo que «no es postureo ni modernidad, sino una necesidad de contar cosas que ahora hacen falta». Todo ello, además, narrado desde un punto de vista «muy español, muy nuestro», con el madrileño barrio de Malasaña como un protagonista más de la serie.
Si hay algo por lo que va a destacar Valeria será por su afinidad a la realidad. La serie roza lo real hablando de temas como la preocupación de los jóvenes por tener un trabajo o por poder pagar un piso de alquiler; la dificultad de salir del armario ante la familia o hablar sobre sexo de una manera muy natural.
«El espectador se va a sentir identificado porque trata sobre temas de muy actualidad», dice Paula Malia, quien da vida a Carmen. A lo que añade que la serie es «muy cosmopolita, fresca y divertida, con ciertos toques dramáticos, pero eso es lo que le da vida, al fin y al cabo. Cuenta la historia de cuatro mujeres muy diferentes entre ellas, con sus problemas y dramas, pero con una amistad inquebrantable».
Y es que la amistad es una de las claves importantes en las que se basa Valeria, esa joven que sueña con ser escritora mientras atraviesa la «crisis de los 30». Riott confiesa que le gusta la manera en cómo la serie refleja la amistad: «te encuentras en un espacio cómodo donde eres tú misma y nadie te juzga, aunque tengamos opiniones diversas», explica.
En cuanto a las relaciones y el sexo, otro de los puntos centrales de la historia, la ficción lo trata de la manera más natural, sin tapujos porque «forma parte de nuestras vidas, hablamos mucho de sexo y si no se habla debería hacerse de una forma más natural y sin tantos tabúes», afirma Diana Gómez (Valeria).
La serie aprovecha para dar la vuelta a mitos como que los hombres siempre tienen ganas de sexo o que las mujeres no se masturban.
«Refleja que entre mujeres hablamos de sexo y consumimos sexo y nos damos placer, y eso es algo que no acostumbramos a ver en el audiovisual, por lo que es muy interesante mostrar esta realidad social», declara Silma López quien se mete en la piel de Lola, el personaje «más sexual».
Para Gómez el reto fue, según reconoce, «buscar el equilibrio» entre la comedia y lo natural: «Hay situaciones que pueden parecer cómicas y no lo son y al revés, por lo que encontrar ese punto medio de hacer comedia, pero sin pasarse ha sido lo más complejo para mí».
La serie, producida por Plano a Plano, dirigida por Inma Torrente y Nely Reguera y coprotagonizada por Maxi Iglesias en el papel de Víctor e Ibrahim Al Shami en el de Adrián -marido de Valeria-, llega este viernes a los 190 países en los que está presente Netflix, cosa que para las protagonistas de la serie es «muy excitante».