Año 2021, una pareja continúa con el confinamiento sin tener muy claro si el resto del mundo sigue detenido o no. Con la experiencia que han vivido, han decidido enviar a sus ‘yoes' del presente, los que iniciaron la cuarentena, las pistas para que sepan lo que deben hacer para evitar volverse locos tras tanto tiempo. Estas van desde apuntarse a la liga de fútbol de hormigas, antes de que la suspendan, o mantener el contacto con la naturaleza cantando junto a los pájaros.
Esta es la surrealista y desternillante premisa de 2021, serie que la actriz mallorquina Ann Perelló, y el guionista catalán Pau Escribano están rodando durante el confinamiento de ambos en casa de la madre de Perelló en Mallorca. La cuarentena les cogió aquí, y como explica, «imagínate a una actriz y un guionista encerrados en una casa».
El resultado son vídeos cortos, de no más de cinco minutos, que suben casi cada día y en los que a través de los guiones de Escribano, que cuenta con una larga trayectoria en la comedia tras haber sido director y guionista del programa Crackòvia, y la versatilidad de la actriz, a la que hemos podido ver en varias series como La que se avecina o Merlí, descubrimos ideas locas y divertidas que ayudan a sobrellevar el encierro sin volvernos «cucus».
La clave de su éxito está en que «estamos en una situación tan extrema que el surrealismo es lo más normal y lo que era ficción ahora es realidad, tu realismo ya no vale», comenta la actriz que añade que todo empezó como una forma de «pasarlo bien sin ningún propósito» pero que ahora «estamos muy sorprendidos porque pensábamos que lo verían cuatro gatos y cada vez hay más gente que nos sigue y pide más vídeos».
Entre esas peticiones se hallan no solo las de los cada vez más numerosos fans anónimos, sino también algún que otro peso pesado de la «como Miguel Lago que nos ha pedido una ficción y gente que lleva tiempo en la industria», aunque aclara que seguirán «hasta que dejemos de pasarlo bien». En cualquier caso hay cuerda para rato: «no hemos tocado todos los temas»,
En los vídeos se puede ver la maximización de recursos de la pareja que confiesa, entre risas: «solo tenemos dos maletas de ropa y ya hemos empezado a coger la de mi madre» y destaca que «con lo que tenemos intentamos hacerlo lo mejor que podemos. Ya nos hemos quedado sin rincones en la casa para grabar».
La idea es redonda y el reconocimiento llega en forma de carcajadas y peticiones, logrando así «reírnos de la vida y usar el humor como medio para gestionar cosas que nos pasan. Queremos hacer humor».